El cambio de estilo en la manera de gestionar los procesos sindicales que pretende sistematizar la Central de Trabajadores de Cuba acaba de mostrar en la provincia de Matanzas carencias que se interponen en la consecución de un fin tan lógico como ineluctable.
Un tanteo realizado por el máximo dirigente del movimiento sindical en el país, Ulises Guilarte De Nacimiento, a cuadros profesionales y no del territorio yumurino reveló poco dominio de documentos jurídicos definitorios en la cotidianidad de la población laboral cubana.
Durante el pleno del Comité Provincial de la CTC, en varias ocasiones Guilarte De Nacimiento puso en aprieto a quienes titubearon en busca de la respuesta exacta sobre el contenido o la implementación del Código de Trabajo (Ley 116), la Resolución 17 (norma la aplicación de los sistemas de pago) o las prerrogativas concedidas a la empresa estatal socialista, sustentadas en más autonomía y posibilidad de ampliar la capacidad financiera, entre otros beneficios.
“Lo visto en Matanzas, precisó el Secretario General, denota la necesidad de aumentar o enfatizar la capacitación para asegurar el conocimiento de la Ley 116, lo que pondría al sindicato en mejores condiciones de ejercer superior influencia ante los empleadores o dirigentes administrativos en los colectivos, donde se materializa el importante cuerpo legal”.
Reconoció que aunque aquí avanza la tarea de implementación de la nueva ley orgánica laboral, se trata de que todas las acciones concebidas en la nación estén movidas por un concepto que define la esencia sindical: “Elevar el ejercicio de representación de los intereses y derechos de los trabajadores”.
Para ser justos, reconocieron participantes en el pleno, las lagunas cognoscitivas de los examinados no se corresponden con las disímiles alternativas impulsadas por el Comité Provincial de la CTC, más persuadido ahora de que la capacitación no termina con la clase impartida ni con el curso finalizado.
“Los conocimientos recibidos deben perfeccionar el actuar de nuestros dirigentes, no con consignas, sino con argumentos. Estamos obligados a recurrir a la autopreparación constante”, admitió la secretaria general de Matanzas, Isdalis Rodríguez Rodríguez. Sin un buen uso de lo legislado, el sindicato pierde fuerza. Un sindicato débil no ayuda”, sentenció.
El llamado a un sindicato creíble, que polemice y plantee posibles soluciones aconteció a la par que se chequearon tópicos como la seguridad y salud del trabajo, la constitución de los órganos de justicia laboral y la necesidad de aprovechar las reservas de eficiencia para incrementar los aportes al crecimiento del producto interno bruto del país y los ingresos de sus hombres y mujeres.
Según la Dirección de Economía y Planificación, son la central termoeléctrica Antonio Guiteras y empresas del grupo Azcuba las deudoras del plan de ingresos del territorio, lo que suman entre los dos unos cien millones de pesos.
Al término del pleno, Guilarte de Nacimiento, señaló que la provincia de Matanzas deberá resolver de manera inmediata asuntos estratégicos como las deficiencias en la política de cuadro, existen 36 plazas vacantes, y en la afiliación del segmento que agrupa a los empleados no estatales, aspectos esenciales para un mejor funcionamiento de la organización.