Unos en camisa. Otros sin ella. Todos en pantaletas o shorts acondicionan el barrio para la fiesta de esta noche.
Se chapea, se arreglan jardines, se improvisan fogones de leña para cocer la caldosa cederista con las provisiones que entre todos se recolecta.
Así anda Villa Clara, de fiesta y trajín en el aniversario 54 de la fundación de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR).
Banderolas, penachos de palmas y flores embellecen las cuadras junto a la sonrisa de sus habitantes.
Ya se escucha música en cada uno de los barrios, lo mismo reguetón, timba o boleros, pero música siempre y muy cubana también. En Villa Clara es recurrente el Rucu Rucu a Santa Clara y se brinda por la unidad del barrio.
Con la celebración, que comenzó el primero de septiembre, fueron homenajeados miembros fundadores de la organización, donantes de sangre, zonas que por su trabajo en diferentes tareas resultaron vanguardias nacionales, se reconoció a los trabajadores por cuenta propia que practican oficios tradicionales y que aportan con su labor al bienestar comunitario.
Se festeja por los CDR con la convicción de que se renueva la mayor organización de masas de Cuba, esa que surgió para defender la Revolución cuando los enemigos del nuevo proyecto social que se implantaba en la Isla quisieron derribarlo a bombazos y petardos. Cincuenta y cuatro años después la respuesta cubana es una fiesta al son de los tambores, clarines mambises y la caldosa que recompone y fortalece.