Tras ocho años de ausencia en los Campeonatos Mundiales de Baloncesto las jugadoras cubanas de la especialidad tendrán su reencuentro con este nivel a partir del próximo sábado 27 de septiembre en Turquía, cuando descorra sus cortinas la XVIII edición de este evento.
Para entonces las discípulas de Alberto Zabala habrán culminado un amplio período de preparación y lauros durante el cual consiguieron la corona continental en el Campeonato FIBA Américas 2013 y retuvieron el oro en el Centrobasket del 2014. Además, tales andanzas las llevaron a enfrentar rivales de consideración como España, China, Canadá y Brasil, todos ellos participantes en la presente cita mundialista.
A pesar de que no siempre los resultados fueron los más halagüeños para las nuestras (cedieron en tres ocasiones ante China y en el único partido contra España), el DT cubano tuvo constantes palabras de elogio para las suyas, quienes fueron acumulando experiencias y mejorando su juego hasta donde el físico y el talento permitieron.
Incluso durante los entrenamientos en La Habana, Zabala admitió que regresar al Mundial es un reto fuerte para las jugadoras, quienes serán puestas a prueba por la élite de este deporte. Allí será necesario más que agilidad y destreza, pues palabras como disciplina, experiencia, estatura y talento serán corrientes entre las rivales de turno.
Revisando la llave C del Mundial, donde está ubicada Cuba, resulta imposible desdeñar la composición del grupo, en el cual se conjuntos consagrados como Australia, Bielorrusia y Corea del Sur, todos ellos con resultados relevantes en sus áreas geográficas.
Hándicap y talla
Siempre la estatura de las jugadoras —especialmente las interiores— es un punto crucial en las aspiraciones de cualquier elenco, y para esta primera fase las cubanas exhiben la talla promedio más baja de su grupo, apenas 1.79 metros frente a los 1.84 de las australianas y bielorrusas, y el 1.80 de las coreanas. Para tener una idea clara, ninguna de las jugadores centrales cubanas supera los 1.85 metros de estatura.
No se trata de algo nuevo, el descenso en la estatura promedio de nuestros elencos nacionales ha sido paulatino, aunque paliado con el desarrollo de otras armas como la velocidad y una defensa férrea en toda la cancha. Sin embargo, tras lo visto en el último partido contra España en la triangular amistosa jugada en Logroño el pasado fin de semana, la velocidad y defensa no son suficientes para vencer, siquiera frenar, a un equipo muy superior en cuanto a estatura.
Ante las ibéricas las cubanas apenas consiguieron anotar 46 cartones pues sus rivales cerraron todas las puertas de acceso al aro con total maestría deportiva, una estatura media de 1.83 metros y la credencial de ser el actual campeón europeo.
Ahora en el Mundial no será diferente. Las australianas (segundas del ranking mundial, solo por detrás de las estadounidenses) llegan como favoritas para llevarse el boleto directo a cuartos de final, avaladas por la corona del Campeonato FIBA de Oceanía en 2013 y el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, palmarés al que suman la quinta posición obtenida en el pasado Campeonato Mundial de 2010. Además, cuentan con los servicios de dos jugadoras de fuerte WNBA estadounidense (Penny Taylor y Erin Phillips), ambas pertenecientes al Phoenix Mercury.
Por su parte, Bielorrusia ostenta el quinto puesto continental en Europa, conseguido el pasado año en el Eurobasket organizado por Francia. Este plantel están situado en el décimo peldaño de ranking (uno más arriba que las coreanas) y sabe lo que es llegar a las semifinales en estas citas, pues en 2010 culminaron cuartas del mundo tras ceder en la discusión del bronce frente a la República Checa. Entre sus integrantes figura la central Yelena Leuchanka (1.96 metros), jugadora del Connecticut Sun afiliado a la WNBA.
En tanto, Corea del Sur —que pareciera ser el oponente más asequible para Cuba— tampoco es un manjar. Las asiáticas terminaron segundas en su área, aventajadas solo por Japón, a lo cual suman el octavo puesto en el pasado Mundial de 2010. Por ende, nada les será regalado a las jugadoras cubanas en este evento.
El regreso
La mejor actuación de Cuba en Campeonatos Mundiales (F) ha sido la medalla de bronce obtenida en 1990, un recuerdo que bien podría parecer de otra vida y se antoja —al menos por ahora— irrepetible.
Tras la presea las cubanas fueron descendiendo en su ubicación final: sextas en 1994, séptimas en 1998, novenas en 2002 y finalmente anclaron en el onceno puesto en su despedida del Campeonato de 2006 en suelo brasileño.
Por eso, regresar a los mundiales luego de dos ediciones sin conseguir clasificar es ya en sí mismo un resultado más que positivo. Sin embargo, Zabala y las suyas tienen la mirada fija en un objetivo: avanzar a la segunda ronda, en la cual se incluirán los primero lugares de los cuatro grupos, y otros cuatro elencos saldrán de los enfrentamientos cruzados entre los segundos y terceros lugares de las diferentes llaves (2A-3B, 2B-3A, 2C-3D y 2D-3C).
Mantenerse con vida representaría un sitio entre los ocho mejores del mundo, pero a partir de ahí la escalada será vertical y sin puntos de apoyo. Para ser claros, avanzar a la segunda fase sería una fiesta, una meta que no resulta del todo descabellada si las cubanas desarrollan un juego que roce la perfección; soñar con algo más sería desconocer dónde está el límite actual de esta plantilla.
Juegos de Cuba
- Australia, sábado 27 de septiembre, 7:15 a.m (hora de Cuba)
- Bielorrrusia, domingo 28 de septiembre, 12:15 p.m.
- Corea del Sur, martes 30 de septiembre, 12:15 p.m.
Nómina del equipo:
Fransy Ochoa, Ineidis Casanova, Anisleidy Galindo, Oyanaisy Gelis, Arlety Povea, Yamara Amargo, Arlenys Romero, Marlen Cepeda, Clenia Noblet, Taimy Fernández, Leidys Oquendo, Suchitel Ávila.