Un trabajador como los demás

Por Rodolfo Jiménez Polanco, funcionario de la CTC

La atención a los trabajadores en las distintas formas de gestión no estatal constituye un reto para el sindicalismo cubano, tal como se ratificó en el XX Congreso de la CTC. En ese sentido, es imprescindible acercarnos más a ellos, identificar sus complejidades y dificultades para convencerlos de la importancia de la sindicalización.

A través de los resultados de las distintas comprobaciones realizadas, conocimos que la mayoría está de acuerdo con pertenecer al sindicato, sin embargo, quisieran ver más objetivamente representados sus intereses.

Es frecuente escuchar que si lo correcto es hacer un sindicato para los no estatales. En la actualidad, está definida su organización en los sindicatos nacionales de acuerdo con las actividades afines. De tal forma, a los repasadores los atiende Educación y a los taxistas el de Transporte.

Con independencia de hacia dónde sea más práctico en el futuro, lo cierto es que al afiliado lo que más le interesa es ser atendido.

Para avanzar en esta dirección desde el año pasado se vienen constituyendo secciones sindicales con estos trabajadores y ya contamos con 3 mil 575, que representa el 47 % de lo posible. Resulta imprescindible avanzar teniendo en cuenta los estatutos actuales de la CTC, en la conveniencia de constituir burós sindicales donde sea factible.

Es imprescindible seguir creando formas y vías que no sean solo sobre la base de cuadros profesionales; los propios trabajadores no estatales pueden ir asumiendo responsabilidades, lo cual no exime de la necesidad en determinados sectores y territorios de definir la atención especializada de algunos cuadros profesionales para la actividad no estatal.

Una vía importante, desde nuestro punto de vista, son los activos sindicales que se efectúan con representantes de los trabajadores no estatales desde el 2012. El diálogo directo con los organismos de relación, el gobierno y el movimiento sindical proporciona la posibilidad de aclarar dudas, trasladar preocupaciones, realizar proposiciones, etcétera.

El número menor de planteamientos que ahí se formulan son de carácter nacional aunque tienen un alcance mayor y van siendo evaluados y se encuentran respuestas. Quedan otros pendientes como el del mercado mayorista diferenciado y contemplar en el régimen especial de seguridad social las prestaciones a corto plazo.

Sin embargo, hay que reconocer que estos activos adolecen aún de la calidad necesaria, mejor organización, de la asistencia tanto de representantes como de los organismos y sobre todo, alcanzar un nivel mayor de respuestas y soluciones a las inquietudes planteadas.

Está comprobado que en los lugares en que el gobierno y los organismos no atienden debidamente los asuntos, la situación se torna más compleja. Se escucha el justo reclamo de estos trabajadores de que los vean igual que a los estatales. Y es muy correcta esa demanda, no puede haber exclusión ni descuido y el tratamiento debe ser igual para las cosas que corresponda, sin olvidar que existen cuestiones específicas que tampoco pueden ser obviadas.

El recién promulgado Código de Trabajo precisa la duración de la jornada laboral, el descanso retribuido, entre otros aspectos que resultan de mucho interés y deben ser del pleno dominio de los afiliados. De ahí la necesidad de la capacitación, vital y a la vez insuficiente, tanto para los trabajadores por cuenta propia como para los propios dirigentes sindicales.

Es vital que las decisiones vinculadas con este sector a cualquier nivel, sean analizadas con ellos para su mayor comprensión. Esto contribuirá a que no existan dificultades en su implementación y se reconozca a los trabajadores y a su sindicato.