Pocas horas le restan al verano para convidar a la familia espirituana a su plan de distender el día a día. A estas alturas, comienzan los análisis destinados a ver los niveles de satisfacción de los vacacionistas, aun cuando en estos dos meses autoridades e instituciones los han seguido de cerca.
Este ha sido un verano como los demás: con todo y limitaciones, fue diseñado para llevar un sano disfrute a los hogares de la isla. Sancti Spíritus no quedó exenta de planes para intentar que ni un solo ápice de tierra pasara inadvertida en el período estival. Ofertas gastronómicas en las playas de Trinidad y Vitoria, en Yaguajay; las disímiles actividades en la feria agropecuaria Delio Luna Echemendía; las opciones de interactuar con la naturaleza propuestas por la empresa de Flora y Fauna; giras organizadas por el Consejo Provincial de las Artes Escénicas a distintas comunidades rurales, y las presentaciones de artistas reconocidos en el país devinieron algunas acciones que activaron el ambiente veraniego por estos predios.
La apertura de 34 áreas de baños, encuentros deportivos organizados por el INDER, los servicios de las seis instalaciones de campismo del territorio, talleres de guitarra para niños, visitas a los distintos museos de la villa, el inicio de una ruta hasta el Jardín Botánico de la ciudad, así como propuestas renovadas del parque zoológico resultaron otras ofertas a disposición de los espirituanos.
Sin embargo, la voluntad y las ambiciosas planificaciones no impidieron los altibajos en el funcionamiento de algunas piscinas que se abrieron tardíamente al público por falta de cloro y dificultades con el llenado, y, por lo mismo, cesaron los chapuzones poco después de la segunda semana de agosto. Tampoco fue posible la llegada de las iniciativas hasta algunas comunidades montañosas por las malas condiciones de los viales. Obviamente, como todo empeño humano, el abarcador plan pudo no haber suplido las demandas recreativas de unos y ajustarse a las de otros. Lo cierto es que se trabajó para alegrar al pueblo, sin que eso invalide la distancia existente todavía entre los asalariados y sus sueños de verano.