“La resolución 17 es lo mejor que ha salido en los últimos años, por lo entendible que es, lo mismo para el más o el menos instruido de los trabajadores, contrario a lo que sucedía con la 9; y aunque la industria azucarera ha sido pionera en la introducción de sistemas de pago, esta última permite cobrar mejores salarios siempre que estén avalados por la eficiencia”.
Mario Santos, especialista en gestión de los Recursos Humanos del central Uruguay, en Jatibonico, provincia de Sancti Spíritus, admite que “el impacto es tremendo” en una fábrica que ocupa el primer lugar de la eficiencia entre todas las que hacen azúcar en el país.
“Esta resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) elimina las trabas con el personal indirecto que tenía la anterior, y lo pone en igualdad de condiciones con los obreros, porque si importantes son estos en un central, también lo son los técnicos y los cuadros de dirección.
“Ahora se pueden simultanear sistemas de pago y remunerar sin límites mientras no se deteriore el indicador de gasto de salario por peso de valor agregado bruto. “En los últimos meses logramos sueldos promedio de mil 800 pesos y acumulamos utilidades por 1 millón 69 mil pesos, que se distribuirán entre los 876 trabajadores que laboraron”
Pago por la eficiencia
“Para buscar más salario y productividad, primero hay que tener organización del trabajo (de la fuerza laboral y de la tecnología). A partir del año 2010 comenzó el reordenamiento del Ministerio del Azúcar, nos fuimos ajustando al personal necesario en cada entidad y un año después se creó el Grupo Empresarial Azucarero, el cual reorganizó todo el sistema, las empresas y los centrales”, explicó Eduardo Larrosa Vázquez, director de capital humano de Azcuba.
“De esta forma se eliminaron cargos que tenían dualidad de funciones, alineamos más la dirección; el impacto fue la reducción de más de 40 mil trabajadores, que pasaron a ocupar otros puestos en diferentes entidades. Paralelamente se van incrementando los niveles productivos, y aunque no se hayan cumplido los planes de elaboración de azúcar, hemos crecido como promedio en los últimos años a razón de un 11 por ciento.
“En los centrales organizamos sistemas de pago por destajo, el más efectivo de acuerdo a modelaciones realizadas (las resoluciones 9 y 17 dan esas posibilidades) buscando una proporción entre el crecimiento de la productividad y el salario en las áreas productivas; nos quedaba pendiente el personal del grupo empresarial y la dirección de las empresas azucareras, que solo podían cobrar hasta el 30 % por estimulación.
“Así logramos que el hombre obtenga mayores ingresos mientras más unidades físicas de cada producción haga, lo cual es directamente proporcional a la productividad. Esas combinaciones dieron como resultado que este último indicador creciera de 8 mil pesos en el 2010 a 19 mil al cierre de esta zafra; el salario promedio que estaba en 550 pesos aumentó a unos 900 este año.
“En los centrales, esos sistemas llegan a definir tasas por toneladas de azúcar obtenida. Los eficientes forman más fondos de salario; el destajo progresivo parte de una tasa inicial por la producción y se incrementa a partir de que se optimicen los procesos y se consuma menos caña para hacer esa cantidad del grano.
“Las industrias que logran más de 11 puntos de rendimiento industrial, tienen las mejores posibilidades y estamos capacitando a los trabajadores del resto, incluyendo los ocho que tuvieron problemas en la reciente zafra para que puedan progresar en su aplicación”, puntualizó Larrosa.
“Este año vinculamos ese crecimiento de la tasa con el tiro directo de la caña al basculador, con lo cual se eliminan los gastos de los centros de acopio y de la transportación por ferrocarril. “En la medida en que se avance en este aspecto aumentará también el salario; la experiencia de esta zafra es que en algunos ingenios llegaron a ganar entre 3 mil y 4 mil pesos como promedio mensual
“Así pasó con la cosecha, que tiene destajo progresivo: una tasa inicial que aumenta a partir de que logren cortar caña con más eficiencia, con menos índice de consumo y de materias extrañas, y los trabajadores lograron muy buenos salarios. El éxito está en hacerlo todo bien, porque la ineficiencia no se paga”.
Las tres mejores empresas de Azcuba: Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Cienfuegos, y las de apoyo, comenzaron a aplicar la resolución 17, que “elimina las restricciones administrativas para estimular el incremento de la productividad y modifica las facultades para la aplicación de la forma de pago por rendimiento”. El resto, informó Eduardo Larrosa, la introducirán en la medida en que se creen las condiciones organizativas para ello.
Competencia laboral
“Otra modalidad para mejorar la remuneración es el pago por competencia, que aplican desde hace dos años los centrales Uruguay, Primero de Enero, 14 de Julio, Ecuador, Panchito Gómez Toro, Melanio Hernández y Roberto Ramírez, y se pretende extender a los demás cuando tengan las condiciones”, dijo Eduardo.
“Lo hemos modelado con herramientas internacionales y las nuestras. Se trata de que en un mismo puesto o serie de puestos existen trabajadores más competentes, capaces de organizar mejor el trabajo y hacer más tareas dentro de las establecidas, a quienes se les paga de acuerdo con su aporte a la cadena productiva. La diferencia entre unos sueldos y otros puede ser hasta del 15 %, en dependencia de la masa de dinero que tenga la empresa para distribuir, de modo que cada cual gane según su capacidad y su trabajo, ese es el verdadero pago en el socialismo”.
El susto del bolsillo
El bolsillo de Arnaldo Costa Delgado, director de la Empresa Azucarera de Cienfuegos “se dio tremendo susto” cuando le puso los 3 mil 400 pesos que ganó como estimulación en el mes de mayo. “Es la primera vez que cobro esta cantidad de dinero, y no importa que sea o no en la etapa de zafra, porque a partir de la resolución 17, el salario se calcula por los parámetros de eficiencia que tenga la entidad”.
En esta empresa, que está en perfeccionamiento empresarial, se han multiplicado los salarios. “Todos no ganamos lo mismo, depende de la participación en el proceso productivo y los resultados que se alcancen; el papel del sindicato es determinante en estos análisis, hay transparencia en la información que se brinda a los colectivos y se discuten todos los indicadores productivos y económicos.
“Estos elementos, además del mejoramiento de las condiciones de trabajo, la capacitación y mayor calidad de las reparaciones, han traído consigo la estabilidad de los trabajadores de la provincia, incluyendo a los del central Antonio Sánchez, donde hubo reiterados problemas con la fuerza laboral durante los últimos años”.
Sin embargo, en el central Fernando de Dios, de Holguín, donde aún no se aplican estas novedades, el salario promedio es de 970 pesos, superior al año precedente, pero muy por debajo de los antes citados; la productividad ronda los 16 mil pesos por trabajador. Allí el reto es acabar de poner a punto los sistemas y montarse en el carro que los llevará en tiro directo al salario.
Es muy cierto que la resolución 17 benefició a algunos que su empresa se encuentra en buenas condiciones económica, pero no entiendo que si existe dinero en la cuenta de la empresa luego de pagar todas las obligaciones no se pueda repartir para no deteriorar indicadores estadísticos y que no afectarían en nada poder pagar más a los trabajadores que con su esfuerzo intentan mantener en pie la empresa estatal socialista
Si todo estos resultados son ciertos, y no hay por qué dudarlo, es una demostración práctica de que no es cierto que haya que esperar al aumento de la producción para luego pagar mejores salarios. Aquí se habría ya demostrado que es precisamente al revés. Aumentará la producción en la medida en que se pague meor la fuerza de trabajo, en la medida en que se esté dispuesto a remunerar a los trabajadores. Por tanto ?qué va primero, producción o salario? Aquí queda claro: salario.