Excelentísima Señora Dilma Rousseff, Presidenta de la República Federativa del Brasil;
Estimado compañero Xi Jinping, Presidente de la República Popular China;
Excelentísimo Señor Luis Guillermo Solís, Presidente pro témpore de la CELAC;
Estimados Jefes de Estado y Gobierno:
Agradezco a las autoridades y al pueblo de Brasil por su calurosa acogida y por las excelentes facilidades puestas a nuestra disposición.
Asimismo, deseo agradecer al Presidente Xi Jinping por su presencia para hacer posible este encuentro, que constituye una muestra fehaciente de la voluntad política de nuestros países en el empeño por consolidar el diálogo y la cooperación entre China y la América Latina y el Caribe. Considero de la mayor importancia las cinco propuestas que ha presentado hace unos minutos el Presidente de la República Popular China Xi Jinping.
La decisión de la II Cumbre de la CELAC, efectuada en La Habana los días 28 y 29 de enero de 2014, de crear el Foro CELAC-China dio sentido práctico a los esfuerzos dirigidos a que los países de la América Latina y el Caribe y China trabajemos para enfrentar las difíciles condiciones del mundo de hoy y promover nuestro desarrollo mutuo.
La ampliación de nuestras relaciones nos permitirá entablar un diálogo bilateral sistemático acerca de los principales problemas internacionales, defender los intereses del Sur y avanzar en ambiciosos proyectos de cooperación, comercio, inversiones y relaciones financieras, con un fuerte componente de ciencia, tecnología e innovación, y énfasis en la formación de recursos humanos.
La Declaración de Fortaleza, adoptada en la reciente cumbre del grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, resulta trascendente para todos nosotros. Saludamos su compromiso con un orden internacional justo y equitativo, basado en la Carta de las Naciones Unidas, así como su decisión de fomentar la cooperación, la solidaridad, el multilateralismo, la paz, la seguridad, el progreso económico y social y el desarrollo sostenible, centrado en la erradicación de la pobreza.
La creación del nuevo Banco de Desarrollo y de un Fondo Común de Reservas de Divisas constituye un significativo aporte a la construcción de un sistema financiero internacional más incluyente.
El desarrollo económico y social de América Latina, el Caribe y China, ofrece un extraordinario potencial para el impulso de vínculos mutuamente ventajosos. En ese empeño, las hermanas naciones caribeñas, requieren una especial atención.
La pequeña escala de sus economías, las vulnerabilidades particulares que enfrentan, las características de su base productiva y exportadora, y los devastadores efectos de los tradicionales huracanes que suelen batir simultáneamente a varias de ellas, a los que hay que agregar la creciente amenaza del cambio climático, hacen imperativo que estos países, que en su mayoría son tratados injustamente como de renta media, reciban, en condiciones preferenciales, la cooperación, el comercio e inversiones tanto de la América Latina, como de China.
En Haití se produjo la primera Revolución triunfante de los esclavos en la historia de la humanidad que luego contribuyó a la independencia latinoamericana. Ahora todos sentimos el deber ineludible de contribuir a su desarrollo y a la superación de las secuelas históricas de la expoliación y de los desastres naturales de que ha sido víctima.
La gran nación asiática es hoy la segunda economía a nivel mundial, y el principal exportador de bienes. Su sólido crecimiento económico ha favorecido incrementos de precios de las materias primas y de las exportaciones de varias economías de la América Latina y el Caribe. Hoy China es el destino del 9% de las exportaciones de la región y el origen del 14% de sus importaciones.
Los países de la América Latina y el Caribe, que contamos con una proporción importante de las reservas minerales, la segunda reserva petrolera y un tercio de las reservas mundiales de agua dulce, tenemos el desafío de trabajar por la industrialización de nuestros recursos naturales y agrícolas, de incrementar y diversificar las exportaciones, en particular de bienes de mayor valor agregado y por alcanzar una balanza comercial más equilibrada, en lo que pueden desarrollar un papel de importancia los vínculos con la República Popular China.
En nuestro caso, más de medio siglo de intercambios con ese país nos han permitido avanzar en el desarrollo pleno de una relación ejemplar, que ha superado la prueba del tiempo. Los estrechos lazos de amistad existentes entre ambas naciones han tenido un reflejo indiscutible en los múltiples proyectos de comercio y cooperación desarrollados, muchos de ellos con un gran impacto social.
Hoy, nuestra invitación es a continuar trabajando juntos para promover las relaciones entre ambas partes, basadas en el respeto, la igualdad y el beneficio mutuo.
Muchas gracias (Aplausos).
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)