De todo hubo en el arranque del Mundial de Fútbol 2014. Cuatro goles, todos de un mismo equipo (aunque el marcador concluyó 3-1), un penalti fantasma, un árbitro burlado, una afición jubilosa y el inicio de lo que podría ser una leyenda: Neymar.
La primera clarinada de la presión que imprimen los Mundiales la dio el defensor brasileño Marcelo, quien anotó en propia puerta —sin saber a ciencia cierta cómo—. Para ser francos, al lateral de la canarinha la Brazuca le cayó en los pies, como de carambola, y de esa misma forma puso a ganar a los croatas en un partido en el cual los europeos jamás fueron favoritos.
Sin embargo, dos goles milimétricos de Neymar y Oscar, fueron muestra clara de lo que puede hacer este renovado cuadro de la verdeamarella si obvia todas las expectativas que tienen como anfitriones y salen a la cancha a jugar al fútbol que por décadas encantó al mundo entero.
El punto más controversial del primer día es el penal cantando por el principal japonés Yuichi Nishimura, quien se tragó el anzuelo lanzado por Fred dentro del área croata en el 71’. Para evitar malentendidos aclaremos la situación: el roce fue real, insignificante, pero real; habría que ver si lo hubiesen cantando en otra situación.
Sin embargo, la pena máxima fue decretada y, aunque Stipe Pletikosa casi tapa el disparo de Neymar, finalmente las miles de almas presentes en el Arena Corinthians , vocearon el segundo gol del astro allá en Sao Paulo.
Para quienes tuvimos reservas de la actuación de Neymar en este Mundial, luego de su poco rutilante comienzo con el Barça, el brasileño se encargó de disipar dudas en este inicio, cuando fue el alma de los suyos mientras permaneció en la cancha.
Brasil, como se esperaba, fue superior: más llegadas, más oportunidades, más dominio del balón… pero Croacia nunca se echó atrás, y eso es respetable. Por ahora los pronósticos se van cumpliendo.