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Rolando Bobadilla es uno de esos hombres a los que el trabajo no les asusta. Un buen día decidió, junto a un grupo de cuatro campesinos, organizar una Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), teniendo en cuenta la necesidad del país de una estructura agropecuaria ajustada.
Bajo el nombre de El Mango y ubicada en el artemiseño municipio de san Cristóbal, esta asociación goza del mérito de ser referencia nacional en las actividades que la ocupan.
Hace algunos años sus integrantes emprendieron un viaje que no ha tenido paradas y sí la suma de muchos pasajeros, pues hoy aumentó a 102 aquel grupo de 12 cooperativas que iniciaron la labor. Además, también han ganado en extensión al ampliar a 101 hectáreas las 10,5 iniciales.
Para conocer el trabajo en El Mango y cómo marcha la aplicación de las 17 medidas correspondientes a las UBPC, aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, conversamos con Bobadilla.
“Las estipulaciones que se recogen con el ánimo de resolver las ataduras que han limitado el funcionamiento de las UBPC están en este momento en proceso de aplicación. A mi entender, no son ellas por sí solas quienes acabarán con los problemas, sino que dependen su correcto empleo”, expresó.
Para Bobadilla lo más importante es la disciplina y el control. Asegura que ahí está la clave del éxito.
“Si a este primordial paso, se unen la aplicación e interpretación del reglamento general que se establece junto a ellas, acompañado de las disposiciones internas que cada UBPC sea capaz de establecer en correspondencia con su objeto social, sus peculiaridades (sin que este reglamento interno sea copia fiel del reglamento general), entonces encontraremos el camino para solucionar los problemas que hasta ahora han presentado”, acotó.
Con todo un historial de avatares frente a la dirección de la cooperativa El Mango, ya son más de 15 años los que acumulan.
“Desde el primer día hemos sido rentable. Considero que el éxito ha estado en que aún en el inicio, nuestra idea estuvo muy clara y logramos que se nos concediera autonomía interna casi en su totalidad, solo nos faltaba conseguir la externa. Esa es la que hoy se pretende que logremos. Por otra parte, siempre pensamos en que el recurso más importante era el humano y hemos logrado plantillas estables de pocas fluctuaciones.”
Su reto principal –dice- es legitimar todos los pasos establecidos a fin de merecer el nombre de cooperativa que tanto se intenta rescatar. En este sentido una UBPC de referencia tiene el doble de compromiso.
“Con el resultado productivo los trabajadores se han beneficiado desde el punto de vista salarial, algo que, a mi consideración, provoca un sentido involuntario de pertenencia. Eso es algo importante que hemos logrado.
“No podemos olvidar que uno de los factores que han hecho posibles la sostenibilidad, la continuidad, los avances económicos y sociales (estos últimos muy importantes) de la cooperativa, vienen dados porque identificamos muy rápido que entre los aspectos más importantes en el campo de la producción está la diversificación.
“Nuestro está centrado en alcanzar esta meta y ampliar el objeto social. Confiamos en el futuro y estamos seguros de que será mejor que el presente. Hablar de lo que nos falta por hacer tomaría más tiempo que contar lo que hemos hecho. Reconocemos el camino andado pero sabemos que falta mucho más y lo necesitamos”, confesó.
Para lograr llegar a un final más feliz que los capítulos que hoy acontecen, la novela de las UBPC requiere de nuevos personajes. Sin los nuevos talentos, es imposible llevar adelanto modificación alguna.
“El 30 por ciento de nuestros asociados tiene menos de 35 años. Eso quiere decir que en la medida que estimulemos al trabajador y seamos capaces de lograr un impacto social con nuestros resultados y pensemos no solo en el contexto de la cooperativa, sino en el desarrollo de la comunidad, seremos más atractivos y existirá el acercamiento de los jóvenes a la actividad agropecuaria.”
Con la mirada en un futuro prometedor, los campesinos marchan al surco a construir un porvenir autónomo para las UBPC. Del trabajo y los retos está seguro Rolando Bobadilla.
“Lo más importante es saber qué vamos a hacer con el ánimo de elevar la productividad de las UBPC. El escenario agropecuario es uno de los más importantes desde el punto de vista de la socialización de la propiedad, el beneficio colectivo y el impacto comunitario. Todo dentro de los principios estatales y nuestro sistema social.”
Actualmente la UBPC El Mango incursiona en todos los programas que comprende la agricultura urbana: producciones porcinas, de hortalizas, viandas, leche, servicio de herrería, carpintería…
“Entre los planes que tenemos para este año se encuentra la inauguración de una cafetería y áreas de recreación.”
Es una muestra de cuánto se puede hacer cuando se quiere. Bobadilla es un buen director, así lo demuestra su condición de Vanguardia Nacional y doble corona en el movimiento de agricultura urbana.
Este trabajo y desarrollo de la cooperativa tiene varias aristas. Lo más importante es que desde el primer momento se conciba la actividad agropecuaria de manera diferente. La atención al hombre, salario y servicios juega un papel importante.
