Desde hace casi medio siglo, Juan Padrón mantiene una estrecha y enriquecedora relación con los vampiros. Y no es que el conocido, y reconocido, animador cinematográfico e historietista sea uno más de esos míticos personajes, siempre ansiosos de alimentarse de la sangre ajena. Todo lo contrario: su interés en tan insólitas criaturas es puramente profesional.
Era en el ya lejano año 1967, cuando Juan Padrón creaba sus primeros vampiros, que harían de las suyas en las páginas del diario Juventud Rebelde. Luego llegarían a la gran pantalla, en aquellos inolvidables cortos sugerentemente titulados Filminutos, hasta convertirse en protagonistas absolutos de dos largometrajes: Vampiros en La Habana y Más vampiros en La Habana.
Pero aún faltaba más. Juan Padrón no estaba del todo conforme y un buen día, por sugerencia de otro de los grandes de la historieta insular –Jorge Oliver—, decidió que sus vampiros se convirtieran en personajes de un primer libro que, bajo el título ¡Vampiros en La Habana!, llegaba a atrapar la atención de lectores de varias generaciones.
Tras el éxito de esa entrega inicial en soporte de papel, ahora llega el segundo volumen de lo que parece será una saga de “vampiros padronianos”. Se trata de Vanpirenkommanndo (Ediciones ICAIC, 2013, 344 pp), en que se cuenta la fascinante y heroica lucha de los vampiros contra el fascismo, en los días de la Segunda Guerra Mundial.
Asombrosas, osadas, riesgosas, resultan las aventuras en que el autor involucra a Pepe, Lola, Negro, Joa Ma, Petrov, Tetilla, Smiley, Johnny Terrori y hasta al mismísimo Papa Hemingway, esos personajes que mueven, por varias latitudes del planeta, esta historia en que, por fortuna, luego de infinitas peripecias, triunfa el bien sobre el mal.
No piense el lector, sin embargo, que el fin de estas páginas es solo presentar otra historia de vampiros, de esas que se han repetido una y otra vez hasta el cansancio. Aquí hay algo más. Junto a esa típica atmósfera que rodea a los actores de la trama, está la minuciosa, detallada, exhaustiva descripción del convulso momento que vivió el mundo amenazado por la Alemania hitleriana.
En Vanpirenkommanndo, además de conocer algunos episodios imprescindibles de la historia real del mundo de la época –recordar que este libro es pura y fantasiosa ficción—, se sabrá de las armas empleadas en la contienda, de los uniformes de los ejércitos en pugna, de los submarinos que entonces viajaron por los océanos del planeta…
Esta es una novela en que, junto a la intriga, al suspenso, al misterio, aflora el humor, aunque me atrevería a afirmar que su sello más relevante es su lenguaje cinematográfico. Como escribe otro narrador, el también periodista Hugo Luis Sánchez, es un largometraje en papel, “con banda y efectos sonoros de toda índole y mucho movimiento: a 24 cuadros por segundo”.
Creador de Elpidio Valdés, el más popular personaje de la historieta y el dibujo animado cubanos, Juan Padrón (Coliseo, Matanzas, 1947) es autor de otros libros –como Elpidio Valdés contra dólar y cañón y Cómo me hice Pepito el corneta—, que se suman a su extensa filmografía, en que aparecen más de sesenta cortos y cinco largometrajes de animación, galardonados en certámenes de dentro y fuera de a isla.
Con Vanpirenkommanndo, Juan Padrón no solo confirma el alcance, trascendencia y permanencia de su obra, también demuestra varias verdades. Una, que no ha dejado de ser un maestro del humor; otra –quizás la más sobresaliente—, que el periódico, el cine y el libro son, indudablemente, sus mejores armas para hacer reír.