Por estos días en que los andamios remarcan las molduras en muchos edificios espirituanos, trabajadores todos componen la hornada dispuesta a regenerar la Cuarta Villa fundada por Diego Velázquez, ya cercana a su medio milenio de existencia.
Sin embargo, quienes integran el Sindicato de la Construcción llevan protagonismo por la entrega y la esencia misma de su labor. Ha correspondido a esas manos el honor de ver en cada pared, plazuela o institución restaurada, la cara rejuvenecida de la urbe que protege las reminiscencias de casi cinco siglos de historia.
“Las Empresas de Construcción y Montaje y la Provincial de la Construcción han asumido ejecuciones y reparaciones de obras valiosísimas, tanto a nivel social como cultural; entre ellas el Paseo Norte, la Avenida de los Mártires y el Parque Central Serafín Sánchez. El resarcimiento casi capital del Hogar de Ancianos Municipal, la conversión de cuarterías en viviendas y la pintura de algunas fachadas de edificaciones ubicadas en el casco histórico corrieron a manos de cooperativas como Lapinet y Sasha, o sea, que también los trabajadores por cuenta propia suman fuerzas en este movimiento de resurrección que vive el Espíritu Santo”, informó Raúl Fernández, secretario del buró provincial del Sindicato de la Construcción.
La fuente destacó, además, el quehacer de los arquitectos de la comunidad, encargados de conformar la carta de colores para determinar las tonalidades aplicadas a los frentes de viviendas y entidades, así como el compromiso de los obreros de la planta de asfalto para elaborar, transportar y sellar el material que renovará también algunas arterias de la ciudad.