¿Patrimonio cultural los antiguos estadios?

¿Patrimonio cultural los antiguos estadios?

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Por Santiago Prado Pérez de Peñamil *

La necesidad de otorgarles a antiguas industrias del país categoría patrimonial no solo es una loable idea, sino también un imperativo, como sucede en muchos países del mundo. Aplicado a nuestro deporte, el concepto parecería mejor si pudiera incluirse a los viejos estadios de La Habana en futuros estudios y propuestas.

La ciudad posee una reserva patrimonial en el campo deportivo que se remite a las primeras décadas del siglo XX. La urbe perdió en los años 30 su prístino tesoro, el imperecedero Almendares Park; en cambio ha logrado conservar todos los recintos construidos desde la segunda mitad de la década de los 20.

La existencia de cada uno de ellos convoca todavía a continuar las lides de disciplinas tan queridas como el fútbol y el béisbol. Hay que recordar que los estadios fueron también obras de un movimiento arquitectónico moderno, que supuso una mayor democratización de las obras públicas de su época.

Estadio Universitario.
Estadio Universitario.

En ese contexto, los deportes coparon paulatinamente la vida pública y se fueron adecuando a las exigencias internacionales. Si bien el béisbol mantuvo su preponderancia en el Almendares Park, con los míticos clubes Habana y Almendares, el fútbol fue ganando terreno y le hizo competencia en sus propios predios.

La presencia de inmigrantes en La Habana, esencialmente españoles, determinó una diversificación del deporte al aire libre. Por eso, no fue casual que en 1928 se fundara el primer estadio para jugar fútbol con dimensiones modernas: el Campo Armada.

Esa instalación —a un costo de alrededor de 100 mil pesos—, la patrocinó la sociedad Club Deportivo Hispano América y fue fruto de una gran colecta pública. Su capacidad se concibió para 6 mil aficionados y a la inauguración asistió el Presidente de la República.

Coexistiendo con el Almendares Park, durante la década de los 20, se fue construyendo el Estadio Universitario, creado para la práctica del béisbol, fútbol americano y fútbol asociación. Además, poseía gimnasio, piscina, campo de tiro, sala de baloncesto y voleibol. Fue un estadio moderno con excelentes condiciones en el terreno y en las extensas gradas techadas. Allí se efectuaron —y aún se celebran— los famosos Juegos Caribe Universitarios.

En octubre de 1929 se inauguraron dos estadios que serían paradigmas en su momento. Primero, el Cerveza Tropical (hoy Pedro Marrero), subvencionado por la empresa industrial homónima, que abrió el 12 de ese mes a lleno completo, con tres partidos importantes de fútbol.

Estadio La Tropical en el año 1946.
Estadio La Tropical en el año 1946.

Realmente se había previsto su construcción para los II Juegos Centroamericanos y del Caribe que se efectuarían en La Habana en 1930, de ahí que se concibiera para varios deportes y su capacidad alcanzara los casi 20 mil asientos. En la cita regional se compitió allí en atletismo, fútbol y béisbol, y Cuba obtuvo excelentes resultados.

El 20 de octubre del propio año quedó inaugurado también el Campo Polar, creado solo para jugar fútbol y producto de una inversión inicial de la fábrica de cerveza La Polar. La apertura también incluyó tres encuentros del más universal de los deportes y sus gradas podían acoger alrededor de 10 mil personas.

Tanto al estadio La Tropical como al Campo Polar, para sus aperturas oficiales, asistieron altas personalidades del gobierno cubano y de la comunidad hispana.

Con la existencia de esos espacios hubo un reacomodo en la práctica deportiva hasta que el béisbol fue nuevamente ganando terreno y se apoderó prácticamente de La Tropical. Con los años, las gradas de esa instalación empequeñecieron, de ahí que en la década de los 40 un grupo de empresarios cubanos decidió levantar el más grande estadio de la capital y del país.

El 26 de octubre de 1946 y con la presencia del presidente de la República tuvo su estreno el Gran Stadium de La Habana. Era la hora definitiva del béisbol. Con capacidad para 35 mil aficionados, el nuevo campo se colocaba entre las grandes instalaciones de América para albergar ese deporte. Ambos estadios acogieron diariamente a una gran multitud, ávida de disfrutar su deporte predilecto.

Si como siempre se ha dicho, el béisbol está en el alma del cubano y el deporte en general se ha enraizado en nuestra población de tal modo que constituye parte inalienable de sus preferencias, ¿por qué no se realzan sus valores y se les otorga la categoría patrimonial a esas históricas instalaciones?

Se debe conocer que todas estas —con la excepción del Campo Armada, que tuvo una historia algo más modesta, quizás por su lejanía—, lograron reunir las más disímiles e importantes competencias y actividades sociales.

En el Campo Polar se realizaron durante muchos años las lides futbolísticas de primera categoría y se recibieron visitas de clubes extranjeros. Hoy se tiene en perspectiva su remodelación con la colaboración de la FIFA para aumentar su potencial competitivo.

El estadio La Tropical acogió importantes eventos de atletismo, fútbol y béisbol durante las décadas de los 30, 40 y 50. Por su césped pasaron varios clubes internacionales como los Cardenales de San Luis, de la pelota profesional estadounidense, y sirvió de sede a los primeros mundiales de béisbol amateur. Además, se celebraron con éxito los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982.

El Gran Stadium de La Habana (hoy Latinoamericano) fue gestor del béisbol a gran escala, aunque entre 1948 y 1953 auspició encuentros de fútbol profesional. En terreno jugaron grandes clubes de béisbol y fútbol profesionales del mundo. Allí brillaron los locales clubes Habana, Almendares, Marianao y Cienfuegos. Además, allí se realizaron mundiales de béisbol amateur durante algunos años y en 1949 se inauguró en su instalación la Liga del Caribe.

Gran Stadium de La Habana en 1953.
Gran Stadium de La Habana en 1953.

Fue una de las sedes de la Liga Internacional de la Florida con los Havana Cubans. También tuvieron su asiento los Cubans Sugar Kings, un equipo incomparable de la Liga Internacional Triple A, que ganó el campeonato en 1959. El Latino, como se le conoce, puede recibir actualmente a más de 50 mil personas y desde 1962 es anfitrión de las series nacionales de béisbol.

Estos estadios han sido expresión del crecimiento de la nación: han testificado la historia del deporte del país y las inquietudes de los cubanos. Sería bueno que las instituciones pertinentes valorasen la designación de estas gloriosas edificaciones habaneras como monumentos patrimoniales. Su nombramiento saldaría una vieja deuda con nuestra historia.

* Documentalista e investigador

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Un comentario en ¿Patrimonio cultural los antiguos estadios?

  1. Muy buen comentario, habria que hacerlo extensivo a todo el pais, pues el primer stadium de Cuba está en Matanzas y es el PALMAR DE JUNCO, que si bien es escuela de baseball y patrimonio, necesita mucha atencion para que no se pierda.

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