Las últimas modificaciones de las bases jurídicas rectoras de las relaciones contractuales (Decreto-Ley 304 del 2012), refrendan la coherencia que en todos los órdenes debe existir para la eficaz actualización del modelo económico cubano.
Pese a que el VI Congreso del Partido y sus Lineamientos explicitaron la relevancia del trascendente pliego en la consecución de un óptimo desempeño en la misión de que se trate, erróneas interpretaciones y una suerte de falta de cultura empresarial, retardan su efectividad e impiden contar con millonarios ingresos al país.
Precisamente por tributar esenciales aportes turísticos, petroleros, de generación eléctrica y citrícola, entre otras áreas, el territorio de Matanzas resulta estratégico en la estructura económica de la nación. Un traspié aquí, Cuba debe sentirlo.
Tal responsabilidad, sin embargo, no siempre es correspondida. Es esta una provincia que ha padecido y padece las consecuencias de una inadecuada gestión contractual. “Persisten problemas en la calidad, hechura, seguimiento de los contratos. Eso no anda bien”, sentencia Lázaro Rodríguez Forte, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
“Detrás de un contrato mal gestionado, sostiene, se esconden la ineficiencia, las cuentas por cobrar y pagar vencidas, el descontrol, la contabilidad no razonable”.
Esos y otros factores, señala el economista, conducen a una paulatina descapitalización empresarial.
La deuda de los contratos
Al contrato se le deben aspectos que conspiran contra su eficacia, explica Rodríguez Forte. “Por un lado, dirigentes sin la suficiente preparación para exigir cláusulas inteligentes, cumplimientos oportunos, conciliaciones o las reclamaciones; por el otro, los agobios financieros padecidos por el país, la dualidad monetaria, el bloqueo financiero y comercial de los Estados Unidos”.
La reciente extinción de la única fábrica matancera de calzados, la interpretan especialistas como dramática muestra del resultado de incumplimientos de contratos, de la no entrada de materia prima. La Manuel del Toro operó tanto tiempo con pérdidas, que cuando logró que sus ingresos superaran los gastos (en los dos últimos años), ya era demasiado tarde.
Aunque Trabajadores no pudo conocer a ciencia cierta qué motivó la paralización total de esta elaboradora de tenis y botas, el hecho real es que unos 200 empleados han quedado a la espera de nuevas oportunidades laborales.
Pero si gestionar de manera incorrecta el importante documento crea obvios perjuicios, peor resulta prescindir de él. La sala White comenzó a ser reparada sin plan inversionista y 13 años después no ha sido abierta. Una suerte similar pudiera estar corriendo el teatro Sauto, y quién sabe cuántas otras construcciones, hoy dependientes solo de la voluntad y el deseo como amparo.
Según un informe de la dirección provincial de Economía y Planificación, precisamente el proceso inversionista precedente —afirman que el mejor realizado en años—, no registró saldos superiores debido, entre múltiples causas, a que en los contratos no se establecieron montos, alcances y cronogramas de ejecución, ni los inversionistas realizaron las reclamaciones por los incumplimientos.
Y así, es imposible crear los bienes y servicios urgidos por el país, por la población, y aún más que crezcan los ingresos de los trabajadores. “Eso solo lo revertirá la eficacia en el manejo contractual, entendido como la principal herramienta de trabajo para planificar y controlar la producción”, estima Rodríguez Forte.
A buen contrato, producción segura
Desde la computadora, Amaury Doblado vigila el avance del buque que el 21 de abril zarpó de un puerto español. “Si no hay contratiempos, debe atracar el 4 de mayo”, dice. “Siempre es así, no les quitamos el ojo a las compras hasta depositarlas en los almacenes”.
Son los instantes casi finales del control exhaustivo que ejerce sobre la entrada de la materia prima la Empresa Conformadora de Metales Noel Fernández (Conformat). “Un solo componente retrasado, uno solo, arriesgaría la estabilidad de la única fabricante en Cuba de cilindros para gas licuado (10 y 45 kilogramos)”, explica Kathiuska Martínez Benítez, especialista del área de importaciones y exportaciones.
Inconvenientes relacionados con financiamientos, tramitaciones bancarias, irregularidades en el funcionamiento de las importadoras, o cualquier otro imponderable, obliga a un estricto balance material, a “no confiarnos con que aún queda. Trabajamos una reserva de por lo menos tres meses de cobertura”.
Pero la desconfianza de Conformat viaja todo lo lejos y rápido que pueda. Un número de teléfono a mano no falta para destrabar lo que sea. “Si te duermes, fracasas. Nadie piense que se terminó todo cuando los documentos están listos para que actúen las importadoras. Hay que seguir encima de ellas, para que cumplan los ciclos de cada cosa”, resume Martínez Benítez.
“Se debe tener en cuenta que el cilindro es un producto de la canasta básica y cualquier afectación en la producción repercute en la población”, advierte el director comercial, Yoandri Plascencia Ávila, un convencido de que si algo asegura una buena contratación son sus pasos previos, la captación de las demandas, de las necesidades, imprescindibles en la planificación de las compras nacionales e internacionales, y de las ventas”.
A juicio del joven, según lo exija cada momento, la contratación es un intercambio que puede durar semanas. “Se trata de pactar lo que a las partes convenga, cláusulas cumplibles y demandables si hiciera falta”.
La Licenciada en Derecho, Magda María Bello Díaz, considera que un contrato con óptima factura es casi una obra de ingeniería. “El éxito estriba en el exacto manejo de sus letras”, acota.
Admite Plascencia Ávila que la suerte del contrato se decide en la conciliación. “Hay que reunirse, reconocer los fallos y cómo vamos a resolverlos, hacerlo de manera amistosa, y si no se logra un entendimiento, pues vamos a las reclamaciones. Quien no proceda así, estará enterrando su empresa”.
De quién es la culpa
Aunque economistas coinciden en que la máxima dirección empresarial es también la máxima responsable de la suerte que corran los contratos, hay una cuota correspondiente a las organizaciones sindicales de base, reconoce Nayda Rodríguez Montero, al frente de la esfera de asuntos económicos en el Comité Provincial de la CTC.
“Las asambleas de afiliados y de representantes son los escenarios para exigirle a la administración explicaciones sobre los suministros, las interrupciones, los ingresos prometidos en la discusión del plan de la economía. Los sindicatos deben ocuparse más de esos asuntos que perjudican la vida de los colectivos laborales”.