Tenemos que lograr una sociedad más exigente e intolerante ante lo mal hecho, la corrupción, el delito y las indisciplinas sociales, fue el llamado que realizó la víspera Miguel Díaz Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y miembro del Buró Político del Partido, al clausurar la víspera el Taller Nacional de Educación en Valores.
El encuentro, que durante tres días sesionó en la Unidad Central de Colaboración Médica, contó con la presencia de profesores, investigadores de la temática y representantes de las organizaciones políticas y de masas, que entre sus prioridades tienen, precisamente, la de educar a los niños, jóvenes y adolescentes en aquellos valores que se corresponden con el proyecto social que hoy la nación construye.
Díaz Canel señaló que el evento fue exitoso, pues permitió intercambiar y socializar experiencias, así como compartir investigaciones sociales realizadas a partir de este tema tan importante.
En ese sentido se refirió a la existencia de dos escenarios que se complementan: el ideológico y el económico. El primero de ellos marcado por los Objetivos de la Primera Conferencia del Partido; en tanto el segundo, por los Lineamientos aprobados en el VI Congreso.
En el terreno ideológico reconoció que la más joven generación de cubanos, sobre todo los que están en las aulas universitarias, está bajo la influencia de una enorme subversión política-ideológica, que trata de imponer el neoliberalismo, desde un pensamiento individualista, banal, empeñado en eliminar el compromiso político que pueda existir.
Y asociado a eso —dijo— está la denuncia que el Presidente Raúl Castro realizó el pasado 7 de julio, durante una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando señaló que en la sociedad cubana actual persisten manifestaciones de indisciplinas sociales y corrupción.
Por lo tanto, aseguró, todos esos retos demandan una educación en valores, que acompañen la actualización del modelo económico y coadyuve a perfeccionar el socialismo para hacerlo próspero y sostenible.
Comentó algunos de los temas presentados en el taller, tales como enaltecer la figura del maestro, promover estilos de vida saludables, fomentar el trabajo comunitario, fortalecer los roles de la familia.
Díaz Canel subrayó la necesidad de educar en valores todos los días, no dejar espacios vacíos que puedan abrir las puertas de la subversión ideológica, y no acumular problemas que traigan consigo la apatía y la desmotivación.
Entre otras prioridades, resaltó la importancia de la integración de todos los factores que intervienen en este proceso; tales como la escuela y la familia, y de la necesidad de educar a este núcleo para que esté en condiciones de incidir en los niños y adolescentes.
En esta línea de pensamiento destacó la preparación de los maestros y profesores, a fin de lograr objetivos formadores en los estudiantes.
Dijo que la escuela debe convertirse en la institución cultural por excelencia de la comunidad, y en cuanto a las universidades precisó que la extensión universitaria —uno de los tres procesos sustantivos de la educación superior, junto a la formación y la investigación— cumple la función más abarcadora, porque sintetiza la relación entre la universidad y la sociedad.
El programa científico del taller se desarrolló a través de cuatro comisiones de trabajo: Cultura, educación, ideología y sociedad; La educación y formación en valores desde el trabajo, reto para el incremento de la producción y los servicios; Protagonismo de las nuevas generaciones en la educación en valores, y Experiencias en el trabajo comunitario integrado.
En todos los casos se presentaron ponencias en cada una de las temáticas, las que a continuación fueron ampliamente debatidas.
En la última jornada de trabajo asistieron destacados intelectuales, como la doctora Graciela Pogolotti, el historiador Eduardo Torres Cuevas, y el filósofo Fernando Martínez Heredia.