Los dragones, esos fascinantes animales mitológicos presentes en las culturas de varias latitudes del planeta –unos voladores y otros terrestres, unos sabios y otros avariciosos, unos benévolos y otros malignos—, son protagonistas de imaginativas e insólitas leyendas que han acompañado a varias generaciones a lo largo de la historia del mundo.
No es extraño, por ello, que los dragones aparezcan en el centro de infinitas historias que, a través fundamentalmente de la literatura y el cine, han cautivado a lectores y espectadores, amantes incondicionales de esos libros y filmes que siempre despiertan la curiosidad y el interés.
Enrique Pérez Díaz también se confiesa admirador de los dragones y de sus increíbles historias. Así lo demuestra al publicar el libro titulado Los dragones que un día… (Casa Editora Abril, 2014, 64 pp), en que reúne una colección de cuentos que giran alrededor de esos míticos y legendario seres.
Son trece los cuentos agrupados en un cuaderno que, como es fácil advertir por los conocedores de la obra del autor, se inscribe, perfectamente, en los presupuestos ideo-estéticos del escritor, quien ya había creado otras narraciones en que aparecen hadas, unicornios, brujas, duendes y otros personajes de similar origen.
El autor sabe cómo conducir, en estos textos, a Pedrito y Abelardo Siempreverde, a Muñecona y Dragón Verde, a Arturo y el Dragón de las Siete Cabezas, para construir esos inteligentes relatos que logren tanto sorprender como hacer pensar a quienes lleguen a sus páginas.
Especial mención merecen algunos de estos cuentos, como “Los dragones que un día…”, que sirve de título al libro, en que aparece, desde la mirada de un niño, un necesario y oportuno llamado de atención al urgente rescate de la educación formal que debe renacer en la sociedad contemporánea.
“Abelardo Siempreverde”, otro de los textos publicados, lleva implícito un mensaje igualmente enriquecedor: el valor que encierra la lectura y lo imprescindible de desarrollar este hábito, desde las más tempranas edades de la vida, como una manera de abrir nuevos horizontes a la propia existencia humana.
Al más puro y universal de los sentimientos, al amor, se dedica “La rosa y el dragón”, poético relato que se convierte en hermoso canto, más allá de las diferencias, “para demostrar a los incrédulos que toda la fuerza del Universo puede aguardar, durante muchos años, dormida como las semillas, dentro de un puñado de amor…”.
Se acompañan estos cuentos con las ilustraciones de Lieng-Sut Joó Lledó, quien supo interpretar el fantasioso lirismo que emana de estas historias, aunque los matices de texturas y colores previstos por la creadora lamentablemente se diluyeron en el momento de la impresión, lo cual afecta el libro en su definitiva factura.
Narrador, periodista, investigador, editor, Enrique Pérez Díaz (La Habana, 1958) es uno de los más conocidos y reconocidos escritores cubanos para niños y jóvenes, autor de una obra que, desde la reflexión, el cuestionamiento, la indagación, invita a pensar e interpretar el mundo circundante.
Entre sus libros publicados aparecen Inventarse un amigo, País de unicornios, Monstruosi, Escuelita de los horrores y ¿Se jubilan las hadas?; mientras que, entre los galardones recibidos, se encuentran los premios Pinos Nuevos, La Edad de Oro, Ismaelillo, La Rosa Blanca y Especial Abril, este último por el conjunto de su obra.
Los dragones que un día… llega ahora no solo para enriquecer la bibliografía de Enrique Pérez Díaz. Llega, asimismo, como una valiosa, amena e interesante propuesta que, a través de sus páginas, satisface esas expectativas que siempre despierta todo nuevo libro dedicado a los pequeños: entretener y aleccionar.