Por: Lourdes Rey Veitia y Evelio Tellería Alfaro
Rafael LaO Cabrales no le dio de lado al sindicato. Después de 42 años de labor como educador en el municipio de San Luis, en Santiago de Cuba, vio en el trabajo por cuenta propia una oportunidad para mejorar sus ingresos y continuar aportando al proyecto social cubano.
Habló como el santiaguero nato que es y como el profesor de filosofía que fue, en la comisión 1 del XX Congreso obrero donde se debate el funcionamiento sindical, pero esta vez desde la perspectiva de un trabajador no estatal, quien tiene la responsabilidad de ser dirigente de una organización de base de este tipo que agrupa 25 miembros.
Para él ninguna sección sindical es igual, pero todas tienen elementos comunes entre ellos que “el dirigente sindical sea ejemplo, creíble y líder”.
“Hay que tener una agenda con los problemas de cada afiliado. Es importante la asamblea, pero fundamental es lo que llamo la reunión itinerante. Es decir, en mi corto tiempo, salgo todos los días por los puestos de mis afiliados y así conozco de sus problemas, lo que necesitan fundamentalmente del Estado. Esto da la posibilidad de ordenarnos, debatir, intercambiar hasta que se logren las soluciones”, precisó.
“Es incalculable lo que se puede lograr con un buen funcionamiento; para ello es vital la unidad y hablar la verdad “, aseveró.