Para Rebeca Loredo Alamar, quien se desempeña como secretaria en el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología de Camagüey, “toda la grandeza que se le está dando al XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) es bien merecida, porque hace falta que los obreros interioricen, sobre todo los jóvenes, el significado de esta organización en una vida laboral.
“Este congreso está enmarcado en una serie de sucesos históricos, como la creación de la CTC – apunta – los cuales no se pueden olvidar ni irrespetar. Antes del Triunfo de la Revolución estos eventos se hacían contra todas las banderas, recuerdo cuando mi papá asistió a uno y fue casi en la clandestinidad, tal vez por eso le tenían más amor a la organización”.
Su experiencia de alrededor de 38 años como abogada, más los cuatro en su nueva profesión tras la jubilación y sus canas de 65 años de edad, la hacen pensar que la magna cita es el momento trascendental “para poner en vigor el nuevo Código de Trabajo que ya se aprobó, pero no acaba de salir a la luz.
“También es la oportunidad de discutir sobre la función del sindicato, que se ha constreñido a ser el que cobra la cuota sindical, el día de haber o te señala el día de la guardia”.