Por Fernando Rodríguez Sosa
Las fronteras entre periodismo y literatura, a pesar de lo llevado y traído del tema a lo largo del tiempo, no deja de ocupar al mundo contemporáneo. Son diversos, y a veces equidistantes, los puntos de vista que se manejan al respecto, para así tratar de explicar los límites posibles entre uno y otro ejercicio intelectual.
Para Alejo Carpentier, por ejemplo, “el periodista y el escritor se integran en una sola personalidad” y se diferencian, única y exclusivamente, por modalidades de trabajo y de técnica. El primero utiliza “el estilo elíptico”, caracterizado por la síntesis y por eliminar todo elemento ajeno al relato directo del hecho; mientras que, el segundo, emplea el “estilo analítico”, que permite la disquisición, la conclusión filosófica, el examen de un acontecimiento en su totalidad.
Con tales presupuestos, no resulta extraño que Reinaldo Cedeño Pineda, periodista de extensa y reconocida trayectoria profesional, al intentar definir su libro titulado La edad de la insolencia (Ediciones Caserón, 2013, 88 pp.), dude en clasificar la entrega y hasta llegue a afirmar que “a veces no sé si son crónicas devenidas cuentos” los textos reunidos en el cuaderno.
Con independencia de tal o cuál clasificación, lo realmente importante ahora es valorar el alcance de los 16 textos reunidos en esta colección, en que el autor, mediante una narración precisa, ajustada, sin excesos, logra armar esas historias que cuentan de actitudes, sentimientos, emociones, de quienes aman, esperan, sufren, viven, sueñan…
Son historias inteligentemente imaginadas y creadas desde la razón y la pasión, en que aparecen personajes bien perfilados, hombres y mujeres simples, sin méritos heroicos, dueños de la cordura o de la locura, unos apagados por el tedio cotidiano y otros a las puertas de lo marginal, quienes piensan, viven y actúan de acuerdo a las circunstancias contadas.
La edad de la insolencia se convierte, por ello, en un libro revelador. Una obra que devela ese logrado intento de Reinaldo Cedeño Pineda de convertir esas 16 historias en un gran fresco de hechos y actitudes, para así presentar un auténtico testimonio de las realidades y problemas de una época y de quienes son sus protagonistas.
Autor de una valiosa y reconocida obra periodística de perfil cultural, difundida a través de la prensa escrita, la radio, la televisión y los medios digitales, Reinaldo Cedeño Pineda (Santiago de Cuba, 1968), además de narrador, es poeta y ha sido galardonado con más de una veintena de reconocimientos, otorgados en certámenes periodísticos y literarios de dentro y fuera de la isla.
Conforman su relación de títulos publicados, entre otros, los libros de periodismo cultural Cartas a Saturno (2003) y El hueso en el papel (2011), los poemarios Nadie se llama tristeza (1997) y Los corderos alzan la vista (2005), la investigación audiovisual A capa y espada, la aventura de la pantalla (2011) y la investigación musical Son de la loma (2001), esta última en coautoría con Michel Damián Suárez.
La edad de la insolencia viene ahora a insertarse en la bibliografía de Reinaldo Cedeño Pineda. Un libro que muestra cómo es posible contar historias, desde la apretada síntesis del periodista y la fantasiosa imaginación del narrador, para así confirmar la existencia de esos sólidos y fecundos vasos comunicantes que pueden existir entre el periodismo y la literatura.