Camagüey.- Reposado dentro del pelotón, pero inteligente como pocos para los embalajes finales, Arnold Alcolea ganó la primera etapa del Clásico de ciclismo Camagüey-La Habana, ante los ojos y los aplausos de miles de camagüeyanos que llenaron la tarde de este sábado la Avenida principal del principal del reparto Julio Antonio Mella.
“Te lo dije, Piki, que venía dispuesto a demostrar que estoy entero y me reservé para los últimos cinco kilómetros porque hay buenos corredores dentro del pelotón”, fueron las primeras palabras del doble campeón de las Vueltas a Cuba, quien corre por el equipo de Santiago de Cuba y a quien estuve ayudando desde la arrancada en el circuito de cinco kilómetros, por cierto muy bien asfaltado, pero con seis curvas bien difíciles.
Desde el banderazo inicial, los corredores del equipo panameño Rali-Claro-Blanco del Valle (hay tres colombianos y tres istmeños en la nómina) se colocaron en la punta del pelotón y controlaron la carrera con algún que otro tironazo de Lisuandi Alonso, Yoandry Freire y Vicente Sanabria, que no pasaron de eso, simples fugas de 30-40 metros.
Para la única meta volante de la jornada (en la sexta vuelta al circuito), Félix Nodarse, Onel Santa Clara y Serguey Viamontes, por este orden, no creyeron en el empuje de los visitantes y se colaron en los tres primeros lugares, aunque justo es decir que también peleó Freyre por uno de esos premios en un sprint donde todos me preguntaron: ¿Piki, te lanzas o no con nosotros?
El sol abrasador de la tarde, frente a un precioso lugar como El Lago de los Sueños (proyecto que convirtió un terreno en ruinas en un parque recreativo y cultural de la ciudad) castigó fuerte a los 87 corazones que tomamos la arrancada, aunque lo más llamativo de esta primera etapa fue ver algunos jóvenes que “explotaron” bien temprano, en tanto los más veteranos “aguantamos” no pocos ataques de panameños y peruanos.
Fue también una tarde de pocos ponches, de ninguna caída, pero de muchos codazos dentro de la caravana, en la cual se escuchaban varias veces las voces de los favoritos (Alcolea, Yennier López, Ramón Carretero y José Mujica, por solo mencionar cuatro) llamando a controlar cualquier escapada, algo que cumplimos al pie de la letra los coequiperos, entre los que me incluyo, pues marqué la punta por unos cinco minutos.
“Piki, no podemos dormirnos en los laureles porque hay ciclistas con condiciones para ganar, sobre todo los extranjeros, a quienes he visto en varios certámenes”, me ratificó Alcolea, después de recibir su camiseta de líder de manos de Jorge Luis Tapia, el primer secretario del Partido en la provincia y uno de los más amantes e impulsores del deporte en el territorio.
“Cuando vi que salió a marcar delante el panameño (Fernando Ureña) me le puse atrás y a 500 metros de la meta abrí las “turbinas” y solo pensaba en entrar primero, para comenzar imponiendo respeto”, me relató finalmente Alcolea, que fue seguido en la raya de sentencia por Ureña y el joven Leandro Marcos del equipo Habana.
Este domingo saldremos bien temprano hacia la provincia que muchos llamamos “la capital del ciclismo”, Ciego de Ávila. Es un tramo tradicional en las Vueltas a Cuba y que este Clásico ha querido conversar. Serán 113 kilómetros con aire de lado y muy peligroso para las escapadas. Pero de eso les comentaré mañana, ahora a descansar las piernas.
Resultados de la etapa
1.- Arnold Alcolea (Santiago de Cuba) 1:23:25
2.- Fernando Ureña (Panamá) 1:23:29
3.- Leandro Marcos (La Habana) 1:23:31
Meta volante:
1.- Félix Nodarse (Artemisa) 3 puntos
2.-Onel Santa Clara (Guantánamo) 2 puntos
3.- Serguey Viamontes (Holguín) 1 punto
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.