Hace 16 años que ella cumple desde diferentes niveles la misma tarea de buscar justicia y de velar por el bienestar, primero de maestros y luego de los obreros de la industria alimentaria. Glennis Lluch Bonet es una de esas tantas mujeres camagüeyanas que vincula el cuidado de su hogar y la profesión con la ocupación de ser dirigente obrera.
Cuando se graduó de profesora fue elegida como miembro de la sección sindical que le correspondía y en ella fue secretaria general. Al poco tiempo le piden que sea miembro del sindicato provincial de educación, cargo que ejerció durante seis años.
Pasa el tiempo y las responsabilidades no desaparecen, más bien se incrementan al punto de proponerle que se adentrara en el sindicato nacional de trabajadores de la industria alimentaria y la pesca en la provincia. “¿Alimento, qué se yo de eso?” Fue la primera interrogante que asaltó su mente, pero como le gustaba eso de “meterse en problemas” por lo demás, no titubeó y comenzó a empaparse con el nuevo sector.
Tal vez el deseo de identificarse con la gente y de sentir que ellos le tributan el mismo respeto es la causa directa de que sea una de los 76 delegados camagüeyanos que en febrero próximo, representarán a la llanura agramontina en el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
“Es mi primera participación en un congreso y eso revierte una gran responsabilidad y reconocimiento – asegura Glennis – porque vamos en representación de los obreros, por lo que tenemos que hacer que valga, ya que ellos tienen muchas expectativas y no podemos defraudarlos”.
¿Qué cuestiones no deben faltar en el debate del Congreso?
“Ese el lugar para hablar sobre cómo representar mejor a los trabajadores y cómo debe funcionar el sindicato en función de lograr el apoyo de ellos en las transformaciones económicas que lleva a cabo nuestro país.
“Hay que discutir sobre cómo buscar que se sientan más representados y no es porque no se haga, es que a veces son tantas las problemáticas que no se ven todas las cosas que hace el sindicato. Además, hay que discutir sobre la labor del dirigente sindical, el cual en todo momento debe sentirse parte del colectivo, estar identificado con los problemas y enamorado del movimiento sindical porque esta es una tarea que no es para cualquiera, tiene que gustarle”.