Primero fue una villa, luego la denominaron ciudad, en ella el periodismo tomó alas, se fomentó el deporte, la ciencia, la arquitectura, incluso años más tarde una porción de su centro histórico recibió la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La historia, las iglesias… hacen de Camagüey un paraje mágico que embriaga a los visitantes no solo con su agua de tinajón. Por el deseo de preservarla hoy, luego de un año de duro trabajo, los hombres y mujeres de esta comarca continúan pintando edificaciones, poniendo ladrillos, preparando mezclas, tumbando paredes y levantando otras… y se olvidan de las festividades, porque el ansia de celebrar los 500 años de fundada de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe es más grande.
Todos se han ubicado a pie de obra en la reparación de parques, fuentes, hospitales, instalaciones hidráulicas, avenidas, hoteles, hostales, museos, estatuas, cines, teatros, cuarterías, merenderos, restaurantes, centros recreativos… Casi Camagüey completa ha sentido la mano restauradora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), quien dirige la labor junto a empresas del territorio y brigadas de cuentapropistas, en un programa que se ha dado en llamar Ciudad 500, con más de 26 subprogramas.
El próximo dos de febrero la ciudad amanecerá con más de ese orgullo camagüeyano porque cada agramontino sabrá que aportó un granito de arena para recibir un aniversario más iluminado, más remozado, más coqueto, con una mezcla casi perfecta de tradición y modernidad.