Alicia, Heroína

Alicia, Heroína

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Alicia interviene en las sesiones del XIII Congreso de la CTC, noviembre de 1973. Foto: Archivo
Alicia interviene en las sesiones del XIII Congreso de la CTC, noviembre de 1973. Foto: Archivo

¿Quieren un ejemplo de entrega, de sacrificio,  de compromiso con su profesión?  Alicia Alonso. La gran bailarina  cubana es protagonista indiscutible  del “milagro cubano” que asombró al  mundo del ballet en el siglo pasado.  Ella es la figura más emblemática,  ha devenido símbolo. Está claro que  tenía un talento enorme y una clara  vocación, pero sin el trabajo de todos  los días —reconoce— eso hubiera servido  de poco.

“El trabajo es la actividad más noble  del ser humano, gracias al trabajo  es que hemos evolucionado; el arte  mismo, sin trabajo, no sería nada… A  veces me he encontrado con muchachos  con muchas condiciones, que piensan  que con eso basta. Les he dicho: el  mejor bailarín es el que trabaja más,  si la naturaleza te dio la capacidad, tu  responsabilidad es crecer en los salones  de ensayo. ¿Cómo cree usted que  me hice bailarina? ¿Por arte de magia?  Eso lo logré trabajando todos los  días, trabajando hasta el dolor, incluso  cuando me sentía cansada. Cuando  estaba operada de la vista, acostada  en una cama, ahí también trabajaba:  repasaba las coreografías, movía el  cuerpo. Eso también es trabajo. ¿Qué  es una persona que no trabaja? No es  nada, no aporta nada. Por eso les digo  a todos mis bailarines: han escogido  una carrera de mucho sacrificio, aquí  no se viene a descansar”.

Alicia cultivó siempre una relación  muy estrecha con la Central de  Trabajadores de Cuba. “Admiré a muchos  dirigentes sindicales, eran compañeros  que defendían con fuerza los  intereses de los trabajadores. Siempre  se ha dicho que el arte no tiene patria,  pero que los artistas sí. Por eso nunca  nos quedamos nada más que en el arte  que entregábamos en los escenarios.  Esa es nuestra primera función, pero  no la única. Asistimos a congresos y  asambleas, donde planteamos inquietudes  de nuestros artistas. Después  del triunfo de la Revolución, cuando  tuvimos el apoyo necesario para hacer  nuestro arte, el compromiso de los  bailarines es con el pueblo. Por eso  nos fuimos a los cañaverales, a las comunidades  apartadas, a las unidades  militares. Ballet para todos”.

Alicia, una pregunta casi de rigor:  ¿qué significa para usted ser Heroína  del Trabajo de la República de Cuba?

Imagínese, de todos los reconocimientos  y premios que he recibido,  ese es uno de los más grandes. Me lo  otorgaron a mí, pero creo que se lo  merecían también otros muchos compañeros,  los que trabajamos por hacer  esta compañía. Este ha sido el sueño  de muchas personas.

(*) Estas declaraciones, hasta hora inéditas,  forman parte de una entrevista que  concedió Alicia a este redactor en diciembre  del 2010.

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