“La aterosclerosis comienza con los primeros años de vida, no es una enfermedad de los adultos y de quienes transitan por la tercera edad como piensan; hay que ocuparse de ella para que no pase inadvertida en los niños, porque después, a los 40 o 45 años, una persona hace un infarto que pudo evitarse”.
A esa conclusión llegó el Doctor en Ciencias José Emilio FernándezBritto, director del Centro de Investigaciones y Referencia de Aterosclerosis de La Habana (Cirah), después de muchos años buscando el origen de esta enfermedad en las autopsias realizadas a niños y jóvenes que morían por accidentes.
El estudio constituyó un Proyecto Internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y con los resultados, Fernández-Britto defendió su tesis doctoral. “Aún estamos indagando sobre este padecimiento en los niños; hemos descrito las señales ateroscleróticas tempranas (SAT) tratando de descubrir los indicios que no ven ni el paciente, ni el médico, ni los familiares, para ponerle tratamiento y evitar su desarrollo.
“Es severa, grave, muy común y multicausal; se han hecho muchas acciones para luchar contra ella pero aún son insuficientes, quizás lo más importante que ha logrado nuestro centro es su estudio en niños y jóvenes, para lo cual se toman en cuenta las referidas señales, se hacen estudios clínicos y análisis complementarios en casos necesarios hasta llegar a un diagnóstico.
“Esta enfermedad tiene una prevalencia muy alta. Es la primera causa de muerte en los países donde las infecciones no ocupan este lugar; también lo es para los ingresos hospitalarios, la invalidez y la pérdida de la calidad de vida. Son, junto al cáncer, los dos depredadores funda- mentales de la salud humana en el Siglo XXI”.
Intoxicación en las arterias
El académico define a la aterosclerosis como “la intoxicación de la sangre” que se produce por la acumulación de sustancias tóxicas con los propios mecanismos del metabolismo; con el tiempo las arterias (llevan la sangre a los órganos) van aumentando el tamaño de su pared, reduciendo el espacio por donde corre el líquido vital hasta llegar un momento en que se hacen lesiones, los llamados infartos (muerte de un pedazo de tejido) que empiezan a manifestarse después de cierta edad.
“También hay elementos externos que provocan o aceleran el colapso de las arterias; el tabaquismo es uno de los más dañinos, unido al sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, la falta de ejercicio, el sobrepeso y los malos hábitos alimentarios. Nuestras primeras recomendaciones son: dejar de fumar y de beber, caminar o hacer ejercicios físicos, comer saludablemente y evitar el estrés”.
Según la propia fuente, la aterosclerosis se manifiesta en el funcionamiento del corazón: es la causa del infarto del miocardio, de insuficiencia cardíaca, apoplejía, ictus, de enfermedades cerebro-vasculares, del sistema nervioso central, renales crónicas y arterial periférica. `
Explicó que a partir de 1940, cuando se descubrieron los primeros antibióticos, las personas empezaron a vivir más de 60 o 70 años, y aumentaron las probabilidades de padecer enfermedades crónicas no transmisibles como las citadas anteriormente que acompañan a la mayor cantidad de años vividos.
Formar científicos
La formación de investigadores en esta especialidad es el propósito esencial del Centro de Investigaciones y Referencia de Aterosclerosis de La Habana, el cual tiene 12 años de fundado y como antecedente el Proyecto Internacional de la OMS.
Fernández-Britto aseveró que tienen una actividad docente fuerte, encaminada a la preparación de investigadores para enfrentar la aterosclerosis. Desarrolla cursos de diplomados, maestrías y doctorados, que se nutren de especialistas de varias provincias del occidente del país.
Hasta el momento la cátedra ha formado a seis doctores, 178 másteres y 632 diplomados; extendieron la experiencia hasta la Isla de la Juventud, y los resultados del centro se consolidan con la continuidad de estudios de quienes ingresan en él y proceden desde la atención primaria de salud hasta de los institutos.