Violencia laboral, ¿un problema en la sociedad cubana?

Violencia laboral, ¿un problema en la sociedad cubana?

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Ramón Rivero Pino, jefe del Departamento Científico del Cenesex.
Ramón Rivero Pino, jefe del Departamento Científico del Cenesex.
Fotos: Heriberto González Brito

“Cuba cuenta con un marco político y jurídico muy ventajoso, que le ha permitido desde el triunfo de la Revolución adoptar un grupo de medidas que han favorecido los procesos de eliminación de la violencia. El problema de la violencia de género en Cuba está en mucha menor escala que la mayoría de los países del mundo –en mi opinión personal como especialista– y eso seguramente tiene que ver con la propia obra de la Revolución: ha habido una política de educación, de salud, cultural, de seguridad social, jurídica; ha habido una macropolítica que se expresa en múltiples políticas que han situado al ser humano en el centro de su mirada. La Revolución cubana con su obra ha creado las condiciones esenciales para que este proceso marche de una manera diferente al resto del mundo”.

Con esta premisa desarrollada por Ramón Rivero, Doctor en Ciencias Filosóficas y jefe del Departamento Científico del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), uno se convence de que el titánico esfuerzo desarrollado por el Centro desde hace años es necesario.

El Cenesex tiene su sede en una inmensa casona del Vedado llena de gente que labora celosamente por elevar la educación sexual de la población cubana. Allí trabajan Ramón Rivero Pino y Liset Mailén Imbert Milán, filósofo él y abogada ella, y con ambos conversamos acerca de la violencia de género, particularmente en el ámbito laboral, un fenómeno muy real pero del que apenas tenemos datos y que comienza a ser investigado en profundidad.

¿Cuál es el estado del fenómeno de la violencia de género, globalmente y en el caso de nuestro país?

Ramón Rivero: Hay una definición sobre violencia que es bastante consensuada en la literatura científica internacional, y que la define como todo acto u omisión intencional que tiene lugar en el ámbito de las relaciones interpersonales, y es capaz de producir daños físicos, psicológicos o patrimonial, a su propio ejecutor o a otros miembros de la sociedad, causando irrespeto a los derechos individuales. Cuando ese daño –físico, psicológico, patrimonial–, generado a hombres o mujeres en toda su diversidad, tiene que ver con esas condiciones de masculinidades o feminidades diversas, o sea, tocan esos límites del ser humano asociados con la condición de género, se le denomina entonces violencia de género.

A veces hay un enfoque reduccionista del tema de la violencia de género, lo que genera un mal tratamiento del asunto tanto de parte de la sociedad como de las instituciones que tienen la responsabilidad de educar a la población para que estos problemas tengan una solución adecuada. Por ejemplo, se presenta a la violencia de género culpando a los hombres, es muy común encontrarse ese enfoque, tanto en la literatura científica y popular como en la práctica política. Culpar a los hombres no es una táctica inteligente porque promueve desencuentros entre los sexos, fragmentación en la sociedad entre hombres y mujeres; no genera mecanismos que permitan sensibilizar a los hombres que efectivamente sean violentos.

Liset Mailén Imbert Milán, asesora jurídica del Cenesex
Liset Mailén Imbert Milán, asesora jurídica del Cenesex

¿En qué estado se encuentra la legislación cubana respecto a la violencia laboral y cuál es el papel que desempeña el Centro en este fenómeno?

Liset Imbert: Desarrollo el tema del acoso psicológico en el trabajo. Es una investigación que se encuentra en una fase exploratoria, que busca primeramente ver las conductas que tipifican el acoso. No hay estadísticas, porque no hay denuncias, nuestro proceso laboral no está diseñado para recoger quejas sobre el acoso psicológico.

Desde el punto de vista internacional hay varias normas jurídicas sobre el asunto; en países como España, Argentina y Venezuela que sí tienen legislación que abarca el tema del acoso en el ámbito laboral. Hoy no tenemos legislación al respecto.

No obstante la escasez de datos, sí sabemos que existe violencia laboral en nuestro país; a los servicios de orientación jurídica de nuestro Centro llegan personas que se sienten violentadas, a través del maltrato verbal, de la anulación que experimentan, sobre todo cuando tiene un origen en la orientación sexual y la identidad de género; pero son muy episódicos, por lo que no podemos reflejar una conclusión, y mucho menos una estadística.

¿Cómo se podría abordar el tema dentro del futuro Código de Trabajo?

Se está intentando plasmar una definición de lo que es el acoso y lo que es violencia, porque se usa indistintamente acoso psicológico, acoso moral, violencia laboral, etc. Pero estos conceptos si bien se entrecruzan, no son lo mismo. Nuestra propuesta como institución es que se defina qué es el acoso y la violencia laboral, cuáles conductas los tipificarían; así como la solución, la tramitación, qué proceso se llevaría a cabo cuando una persona denuncia que efectivamente está siendo acosada o violentada.

¿Qué acciones y servicios propone el Centro en relación con la eliminación de este fenómeno?

Aparte de las diversas acciones que desarrolla el Centro, desde el punto de vista legal ofrecemos un servicio de orientación jurídica, todos los miércoles y viernes. A las personas que vienen se les orienta el camino a seguir en cada caso en particular, y si lo requieren les damos acompañamiento institucional. A su vez, a través de la vía administrativa, tratamos de resolver muchas de las situaciones conflictuales que se nos presentan.

¿Cuál es la percepción que tiene el Centro de la conciencia de estos fenómenos por parte de la población?

Lo primero a que estamos llamados quienes trabajamos el tema es la sensibilización, capacitación y educación tanto de directivos como de trabajadores; porque hay personas que por su carácter gritan y maltratan a los que los rodean y –en el mejor de los casos– no tienen conciencia de eso. Por eso consideramos importante el hecho de sensibilizar, reeducar, para que las personas sepan cuáles son los comportamientos negativos, así como dotar a los trabajadores de herramientas cognitivas para que identifiquen si están siendo o no acosados.

Algunos elementos que caracterizan la violencia en Cuba

-Las denuncias reflejan, en mayor medida pero no únicamente, la violencia del hombre sobre la mujer.

-Se da en variadas formas de expresión y niveles de gravedad. Según investigadores del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) la psicológica parece ser la más abundante, y los gritos parecen ser dentro de esta modalidad los más identificados.

-Se produce entre todos los niveles de instrucción, y son independientes de la edad, el sexo y la ocupación laboral.

-Se destacan como condicionantes las ideas erróneas y las prácticas asociadas a la percepción de los conflictos como indeseables, y no como procesos naturales (problemas en la comunicación).

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Un comentario en Violencia laboral, ¿un problema en la sociedad cubana?

  1. Bueno visto tal y como lo analizan los especialistas, me parece que esta muy definido, pero n interpretado con nombres y apellidos aunque entiendo que realmente, al no contr con estadisticas suele ser muy dificil. Yo creo que la violencia en mas de un centro de trabajo se manifiesta a traves de la discriminacion de las personas por su inclinacion sexual, no aceptacion por tal cndicion en algunos centros de trabaj. El acoso se manifiesta mediante burlas, chistes de mal gusto, las consideraciones de degeneracion dada la condicion de determinadas personas que es evidente «buscan» de algun modo a veces, combatir esto con actitudes extremas de connotacion tal, que podrian convertirse incluso en provocaciones sobre quienes tiene otra condicion y no coinciden cn tales. Hay algo, creo yo, es una especie de ostentacion – que puede ser muy normal, pero que en sociedades con cierto «atrasos» le es dificil de asimilar. Creo que se requiere igual por parte de centros especializados una explicacion a estos asuntos.

    Considero que hay formas de violencia por ejemplo contra las mujeres cuando mas de un directivo trata de obtener favores, de alguna dama recien incorporada al centro o que intenta hacerlo. El favor al final determina su ceptacion y no su condicion laboral.

    Mas de una vez, algunos trabajadores expresan rechazo a recien incorporados, a veces se niegan hasta mostrarles concimientos practicos y les dejan que «se estrallen», o que fracasen en sus intents.

    La mujer sufre de los efectos de evaluaciones negativas por parte de sus jefes por las ausencias que a veces implica por tner hijs pequenos. He visto mas de un director rechazar dar un trabajo a una mujer porque est tiene hijos.

    Hay miles de ejemplos, montones. Creo que debe prfundizarse y el nuevo Codigo Laboral deberia recger bien y clòaramente definido la obligatoriedad de evitar estos tipos de violencia y discriminacion por condicion de genero y definiciones sexuales.

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