Hoy jueves comienza en La Habana el II Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Muchos serán los temas que desde la cultura y la creación artística han convocado a la parte más joven de los hacedores del arte en la Cuba de hoy.
Entre los delegados se halla Tammy López, una joven violinista, talentosa, sensible y ligeramente tímida, cuya obra está profundamente comprometida con la música cubana.
Se graduó en 2006 en la especialidad de Música del Instituto Superior de Arte, hoy Universidad de las Artes (ISA) y desde entonces ha trabajado con Zenaida Castro Romeu, Roberto Carcacés, Yusa, Haydée Milanés y ha estado como invitada en discos de Descemer Bueno y Kelvis Ochoa.
Pero fue el premio Ojalá, ganado en 2011 por musicalizar versos de Rubén Martínez Villena que posteriormente integraron el CD La luz es música, lo que le dio el impulso que faltaba para crear un proyecto donde darle cabida a su valiosa obra compositiva. Desde el violín, instrumento al que considera su compañero y confidente, lidera el proyecto Pura Cepa.
“Estoy en el Congreso de la AHS por la parte de Música —confesó recientemente— y allí estaremos defendiendo las ideas y los criterios de los artistas. Desde ese espacio trataré de apoyar la labor de los músicos en la que, además de pasiones y emociones, hay esfuerzo físico y sacrificios que en ocasiones pasan desapercibidos para otros.
“Creo que este tipo de eventos es una manera de canalizar nuestras necesidades. La realidad en Cuba está cambiando para bien, pero desde cada rama, tenemos que ir exponiendo las necesidades más íntimas porque si no, no se enteran.
“Reunirnos en un Congreso y hablar con sinceridad es una manera constructiva de mostrar las inquietudes y debatirlas. Siento que voy tener la oportunidad de participar, de defender mi criterio y defender también el de mis colegas.
“Luego de esto, seguiremos haciendo música cubana, música de Pura cepa. Tenemos varios discos en preparación y muchas ideas por desarrollar”.