El estelar ex pelotero Rigoberto Rosique mereció la Moneda del Tricentenario de la Ciudad de Matanzas, otorgada durante las festividades por los 320 años de la fundación de la occidental urbe, hecho que aconteció el 12 de octubre de 1693.
Se reconoce así la labor de quienes tengan un historial de acciones en beneficio de este territorio y hayan realizado relevante contribuciones, propiciadoras del desarrollo en cualquier de los campos de la actividad humana y social.
En el caso de Rosique Gía, destacó el acuerdo de la Asamblea Municipal del Poder Popular, la Moneda pondera su aporte como jugador y luego como director de varios equipos de pelota representativos de la provincia de Matanzas.
En declaraciones exclusivas a Trabajadores digital, el otrora jardinero dijo sentirse profundamente emocionado por la significación de un premio que más que mío es de todas las personas determinantes en mi formación como atleta y hombre.
“Tiene tremendo valor para un hombre que nació y se crió en un solar del Pueblo Nuevo, emblemático barrio matancero, y en ese momento me vino a la mente mi origen humilde, mis padres, mis hermanos, la gente de la cuadra…”
Cuando cualquier lo mira al rostro, resulta difícil ignorar el épico pasaje de Quisqueya, al hombre que con aquel hit decidió el oro contra los Estados Unidos en el Mundial de República Dominicana (1969). Pero Rosique prefiere ser recordado por algo que siempre lo ha definido: “Soy y siempre seré revolucionario”, confiesa desde la honestidad que lo caracteriza. “Esa convicción constituye mi mejor resultado deportivo”.
Rosique participó en 13 Series Nacionales, promedió para 302 e integró la selección Cuba por varios años, desde su debut en clásicos nacionales en 1964. En par de ocasiones concluyó como líder en bateo. En 1971 con Henequeneros (193-68=352), y tres años después con idéntico equipo (219-76=347).
Dirigió tres veces consecutivas en los 90 (94/95, 95/96 y 96/97) y dos en los 2000 (06/07 y 07/08). El quinto y séptimo lugares conseguidos en las temporadas 94/95 y 95/96 figuran como sus dos mejores actuaciones.