La constitución de las cooperativas ornitológicas en Cuba abre prometedores horizontes a los apasionados de esta actividad, cuya gestión contribuye a los esfuerzos del país por su desarrollo.
El acto constitutivo, efectuado simultáneamente en las 15 provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud, está integrado al proceso de actualización del modelo económico y social cubano.
Según establece la Resolución 593 del 2013, firmada por el Ministro de la Agricultura, la nueva organización tiene el objeto social de producir, acopiar y comercializar aves ornamentales, incluidas la exportación e importación de estas especies.
Esa normativa jurídica la faculta a producir y comercializar alimentos, jaulas, medicamentos, utensilios, accesorios, viabilizar servicios veterinarios, asesoría técnica y literatura especializada, entre otras contribuciones facilitadoras de esta práctica.
Mientras, el Decreto Ley 305, de las cooperativas no agropecuarias, sentencia que estas organizaciones de gestión no estatal tienen personalidad jurídica propia y no están subordinadas a ninguna entidad estatal, aunque deben ajustarse a las normas generales instituidas por los organismos rectores de las actividades que realicen.
¿Ventajas?
Julio César Chapellí Muñagorri, presidente de la entidad en Las Tunas, considera entre las principales ventajas la posibilidad de implementar nuevas formas de gestión a partir de finanzas propias con personas naturales y jurídicas que dinamizan los procesos y contribuyen a la sostenibilidad de la crianza.
“Antes de este paso la comercialización de nuestras producciones transitaba por varios trámites burocráticos que implicaban a otros organismos, como Cubaexport, por ejemplo, que dilataban y encarecían el proceso, pues había que pagarles sus diligencias. Ahora, con la existencia de una representación nacional todo queda simplificado y es más factible”, sostiene Chapellí.
Erlán Ramírez Mancebo, el administrador, asegura: “Vamos a ganar en independencia para la adquisición de bienes e insumos, al poder negociar con terceros su compra y la comercialización de nuestras producciones”.
Ambos ponderan el hecho de que al patrimonio colectivo ingresará el 60 % de las utilidades durante el ejercicio fiscal, de las cuales el 30 % va a las reservas obligatorias y la otra cantidad será distribuida entre sus 46 miembros en correspondencia con la contribución individual.
“Fíjese que en el 2012 exportamos 2 mil 521 aves y de eso no recibimos nada como sociedad, solo pérdidas”, comenta Erlán.
El principio de voluntariedad caracteriza a estas agrupaciones, que tienen el encargo estatal de hacer sostenible y estimular la labor de la Asociación Nacional Ornitológica de Cuba (Anoc), propósito al que dedicarán el 40 % de las ganancias como apoyo a esa organización, matriz de las cooperativas, que continuará realizando cursos de capacitación a jueces y criadores, campeonatos provinciales y nacionales, y la entrega de premios.
En Las Tunas…
“Al mercado sin perder la cordura”, según confirma Julio César, porque “seguiremos defendiendo la belleza de las aves, la reproducción de razas puras, pues no vamos a permitir que el mercado absorba el interés de preservar esos atributos”, enfatiza.
Considera entre las fortalezas que soportan las expectativas la experiencia de los 24 años de trabajo de la Anoc en este territorio, junto a un patrimonio material, en el cual destacan alrededor de mil 500 parejas de diferentes especies, todas exportables.