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Quemado de Güines recuerda a uno de sus hijos más valiosos: el alfabetizador Delfín Sen Cedré. Se le imagina con la cuartilla en la mano, el farol iluminando la noche y aquel traje que lo distinguía en medio de los campesinos.
Hace más de cinco décadas atrás Delfín, como muchos de su generación, soñó con asaltar el horizonte. Había ansiado formar parte de la Brigada Conrado Benítez, sin saber que se convertiría en mártir como aquel e integró la Brigada Patria o Muerte
Se le recuerda como un muchacho achinado que fue panadero, dulcero, bodeguero, organizador del Sindicato de Comercio y Gastronomía.
Como nativo de la zona, conocía de la existencia de bandidos en los alrededores, en particular a Thondike, cuyo nombre era Margarito Lauza Flores, hombre sin escrúpulos.
El día 3 de octubre de 1961 los contrarrevolucionarios que formaban la banda que dirigía Thondike, financiada por el Gobierno de Estados Unidos, llegaron hasta la escuelita donde daba clases. Preguntaron por “el chino comunista”. En muestra de valentía y arrojo se sabe que Delfín respondió: “Soy yo a quien ustedes buscan. Yo soy el chino comunista”.
Su asesinato fue un acto atroz, lo ahorcaron con total ensañamiento. Cuentan que tenía en el cuello la marca de la agresión y los golpes. Al conocer de su muerte los brigadistas se concentraron e hicieron guardia de honor al cadáver. Meses después se cumpliría el milagro de hacer de Cuba el primer territorio libre de analfabetismo en América Latina.
Se ha probado que los Gobiernos de turno del imperio yanqui apoyaron, financiaron y protegieron a las bandas contrarrevolucionarias que cometieron actos terroristas como este y que proliferaron en el territorio nacional cubano.
El pueblo de Quemado de Güines recordará a Delfín en este aniversario 52 de su asesinato. Hasta su tumba llegará la tradicional peregrinación. En silencio y con el dolor contenido se depositarán flores al mártir alfabetizador, como sincero homenaje a su memoria y ejemplo.
En el acto conmemorativo por la efeméride se entonarán canciones patrióticas, declamarán poemas y el emblemático himno de la alfabetización evocará la epopeya que hizo de Cuba el primer territorio libre de analfabetismo en el continente.
