Septiembre fue un típico mes de verano. Las altísimas temperaturas y el sol intenso prolongaron el deseo de los cubanos de “refrescar” en playas, piscinas y ríos; algunos se daban la escapada los fines de semana, otros en las tardes, después de la jornada cotidiana, cuando no importunaban las abundantes lluvias.
No sé exactamente si fue un típico septiembre o no, porque el clima va cambiando, no siempre recordamos cuando llovió más o menos, y lo que nos queda en la memoria es si hubo frío o calor, pero de lo que sí estoy segura es de que en este mes se mantuvieron las condiciones para la proliferación de enfermedades que emergen con la combinación de las altas temperaturas y las lluvias.
Entre ellas están las transmitidas por vectores y las infecciones gastrointestinales, que pueden cobrar la vida de muchas personas.
La diarrea, por ejemplo, es la segunda causa de atención médica en el mundo, superada solo por las infecciones respiratorias agudas; provoca el 4 % de las muertes y el 5 % de pérdidas de salud que conducen a la invalidez.
Mucho tiene que ver la salud ambiental con la de la población. Es evidente que en una ciudad limpia es más difícil la reproducción del mosquito Aedes aegypti y de otros propagadores de enfermedades, que en otra donde abunden los vertederos, la acumulación de desechos, el agua estancada, la cría indebida de animales.
La responsabilidad para mantener adecuadas condiciones es compartida entre organismos del Estado y la comunidad. Si a las empresas de Servicios Comunales les corresponde la recogida de basura y la limpieza de las calles y avenidas, a otra le toca destupir los tragantes para que la lluvia no se acumule, y a nosotros, sí, a usted, a ella y a mí, a los niños y a los ancianos, a los estudiantes y a los trabajadores, es mantener la higiene dentro y fuera del hogar, del centro de estudio o de trabajo.
También hay medidas que dictan los organismos de salud que debemos cumplir al pie de la letra. Esos trabajadores que llegan a su puerta a cualquier hora del día y quizás hasta el domingo, para hacer la fumigación, merecen toda la atención y respeto; debemos exigir que esta labor se realice de forma sistemática en las zonas indicadas y que cada vecino abra su puerta a este servicio, pues poco ganamos cuando en una cuadra se queden hogares sin ese tratamiento.
Las administraciones son tan responsables en la realización del autocontrol focal como los moradores de cada vivienda; igual sucede con la limpieza de los exteriores de los locales y de los edificios multifamiliares. Ahora la población tiene la garantía del Bactivec en las farmacias, un biolarvicida de acción rápida, que corta la vida de diversas especies de mosquitos en su estadio larval.
Y como octubre también puede tener días muy calurosos y de intensas lluvias, les recomendamos mantener todas esas medidas, y otras que tienen que ver con la higiene de los alimentos, como son taparlos y refrigerarlos adecuadamente, lavarlos y hasta pelarlos cuando sea preciso. No debemos ingerir alimentos de dudosa procedencia o elaboración, ni aquellos que quedaron fuera del refrigerador de un día para otro.
Y el agua, mucho cuidado con ella, porque en numerosas ocasiones es causante de enfermedades. El agua hervida o clorada, la única aconsejada para beber o consumir en la elaboración de alimentos, reduce entre el 35 y el 39 % estos brotes; la mejora del saneamiento disminuye la morbilidad de estos en el 32 % y las medidas de higiene, esencialmente el hábito de lavarse las manos, hasta el 45 por ciento.
Si usted, un familiar o vecino presenta alguno de los síntomas siguientes: diarrea, vómito, fiebre, pérdida del apetito o decaimiento, debe acudir de inmediato a su médico de familia, quien le hará el diagnóstico e indicará el tratamiento y conducta a seguir.
Hay cinco prácticas que han resultado exitosas para evitar estas enfermedades: tomar agua hervida o purificada, lavar y desinfectar frutas y verduras, cocer o freír bien los alimentos, lavarse las manos antes de comer, después de ir al baño y al regresar de la calle y comer solo en lugares limpios.
Periodista confiemos en que cada cual asuma su responsabilidad. porque nadie le pone multas a comunales por la dejadez y ausencia las mas de las veces de la recogida de basuras?, mire ud. la explicacion; ellos hacen lo que pueden, no tienen recursos etc.etc. Y no deja de ser cierto. Entonces tiene que dirigirse al Estado, que no pone los recursos suficientes parala realizacion de esta labor. Tienen que ponerse drasticas multas a los organismos, a los que fueren (y que las multas las paguen los directivos) o los responsables.
En los casos que las condiciones de las viviendas no cumplan las normas de higiene, igualmente multas, porque es un modo educativo, muy educativo. Ud porque cree, para ponerle un ejemplo muy bien conocido por mi; porque un Suizo bota la basura en un saco donde le corresponde, no en cualquier lugar; porque lo hace?, no se imaginan?, no es solo por conciencia, sino porque sabe que sera multado tan fuertemente que se quedara sin los deseos de volver a hacerlo. Ahora no me digan que es porque tiene el saco de Nylon, bueno pues vendanlo ademas a precios razonables, no como esas jabas que no sirven para nada que cuestan un peso lo mismo las que vende el estado que quienes la venden producto del robo.
MIren he puesto el ejemplo del suizo porque creo que es un pais donde la limpieza y el orden funcionan, por algo ha de ser, pues la conciencia de vez en cuando hay que ponerle una inyeccion, esa nos haria buena falta. La desidia nos corroe, nos come, en todas partes, mas de una vez denuncie en estos foros la falta de higiene en muchos lugares, los danos medio ambientales sin que nadie, aparentemente muestre la menor preocupacion por esto.