Por Evelio Tellería Alfaro y Ariadna Andrea Pérez Valdés
“Tenemos el deber de interesarnos, exigir, potenciar y apoyar la ejecución eficiente del proceso inversionista con los métodos y las vías propias del movimiento sindical”, señaló Ulises Guilarte De Nacimiento, presidente de la Comisión Organizadora del XX Congreso de la CTC, en un recorrido por diferentes obras estratégicas de la capital, para chequear el tema.
Los hospitales Universitario Vedado y el Calixto García, el Instituto de Gastroenterología; así como los asentamientos de viviendas, el Capitolio y la terminal tres del aeropuerto internacional José Martí fueron los sitios visitados.
Reparar sin afectar el servicio
Andan unidos como en una colmena. Nadie quiere quedarse atrás. Sin fanfarrias, las brigadas especializadas a cargo de la reparación capital de la terminal aérea número tres del aeropuerto internacional José Martí avanzan palmo a palmo en las diferentes labores de tan importante inversión.
En una fraternal porfía emulativa transcurren los días para dar cumplimiento al cronograma de la obra – actualmente a un 50 % de ejecución de acuerdo con la fecha reajustada- según informó la arquitecta Rosa Sánchez, directora de inversiones y mantenimiento a aeródromos en la Empresa Cubana Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos (ECASA).
“Esta inversión tiene como característica la de ir trabajando donde lo permita la reubicación de los pasajeros”, explicó la especialista tras señalar que han concluido objetos de obra como la colocación del falso techo en el salón de última espera para la salida de los vuelos, la instalación de un nuevo sistema de conductos en las salas A y B para mejorar la climatización, la reubicación de los locales de CADECA que proporciona mayor amplitud en el vestíbulo de llegada de los pasajeros.
Emular en buena lid
Durante un diálogo con directivos y trabajadores de esa instalación, Guilarte De Nacimiento subrayó que la emulación en obras sociales como éstas es un resorte para reconocer y estimular a quienes sobresalen.
Y así lo vienen haciendo las fuerzas productivas de diversas provincias que allí intervienen. De acuerdo con los resultados del último trimestre, los santiagueros ocupan la avanzada del “pelotón” junto con los obreros de la Empresa Micalum, de Cienfuegos.
Entre los más destacados en el orden individual figuran Davel Hernández, y Walder Fleitas Ortíz, Héctor Cordiez y Carlos Manuel Aguila, Manuel Moya quien asegura que “será muy difícil arrebatarle el primer lugar a la brigada de Santiago de Cuba”.
Al decir de María del Carmen Suárez, secretaria general de la sección sindical de inversiones en ECASA, cabe mencionar a la brigada de acarreo, “unos muchachos con un esfuerzo anónimo y mucha disciplina, porque ellos garantizan la recogida de escombros y el traslado de materiales de manera que el albañil y otros obreros no pierdan tiempo y tengan los materiales al alcance de la mano”.
Un servicio gratuito que cuesta
En las instituciones médicas el monto de las inversiones para reparación y mantenimiento no es despreciable. “En lo que va de año las cifras calculadas ascienden a 21 millones de pesos solamente en construcción y montaje”, explicó el Doctor Efrén Acosta Damas, vicedirector provincial de salud pública.
Cada inversión representa, además, la sustitución de equipamientos, mobiliarios y sistemas ingenieros que son altamente costosos para el país.
Durante el primer semestre del año comenzó la reparación de los hospitales Julio Trigo, el Psiquiátrico de La Habana, el Pediátrico Marfan, entre otros. El mantenimiento se realiza en 29 hospitales y ya suman más de 800 los objetos de obra intervenidos desde enero hasta la fecha y más de 500 los terminados, según apuntó Acosta Damas.
En función de mejorar la situación del mantenimiento constructivo, la dirección provincial de Salud designó en cada una de las unidades de la provincia un funcionario a cargo de esta actividad que vele por su cumplimiento y se inició la conciliación con la vicedirección económica para ajustar los planes de ejecución teniendo en cuenta la disponibilidad financiera; entre otras medidas.
Como parte del proceso inversionista en el sector, se construyó en el Instituto de Gastroenterología un laboratorio para microbiología y parasitología único de su tipo en el país, “donde se realizan estudios biológicos con muy alta tecnología, como los de carga viral”, comentó la Doctora Caridad Reune Domenech, subdirectora de asistencia médica del centro.
En la reparación y el mantenimiento de los hospitales está la mano no solo de constructores e ingenieros, sino también la de todo el personal de la salud. “Cada cual en su área cambia sus funciones para contribuir con la tarea”, comentó María Isabel Martínez, secretaria general del sindicato de este sector.
Al respecto el Doctor Rubén García, director del Hospital Universitario Vedado, opinó que la clave es hacer partícipe al colectivo, “hacerles sentir que este es su espacio y que deben cuidar y preservar sus condiciones de trabajo”, en aras de brindar un servicio con mayor calidad y confort a la población.
El incumplimiento en las inversiones, a juicio de Guilarte De Nacimiento, es el principal factor que repercute en la ineficiencia de nuestra economía. “Año por año ese proceso inversionista se dilata,- comentó- y los cronogramas de ejecución, el desvió de recurso y otros factores le impiden avanzar”. De ahí que el sindicato no solo se ocupe, sino también se preocupe por su correcto funcionamiento en las obras estratégicas de la capital.
Este es un articulo que leí y me pareció bastante interesante que me gustaría exponerlo aquí, como medio de debate, ciertamente tiene que ver con la remuneración de uno de los sectores de la economía que se haya convertido en el motor principal en los ingresos, no se si me permitirán colocarlo aquí pero por ahora no veo el lugar mas apropiado gracias
<En estos días estrené el seguro médico cubano. La atención en el hospital fue excelente, en un par de horas me habían visto un clínico y 2 especialistas más. El problema empezó después, cuando me dijeron que tendría que esperar otras 2 horas para trámites.
Se necesitaba que un empleado del seguro se dignara a responder el teléfono para confirmar que yo había pagado mi cuota anual. "Son normas que nos impone Asistur y son extremadamente lentos para responder", me explicó la empleada administrativa de la clínica.
Finalmente apareció una doctora de la dirección de la institución y se saltó las reglas burocráticas, me recomendó que me fuera a casa a descansar, asegurándome que ella asumía la responsabilidad "porque la salud del paciente debe ser lo primero".
Meses atrás me tocó llevar a una cubana con un esguince al Hospital Clínico Quirúrgico. En urgencia la atendió muy rápidamente una médica ortopeda, le hizo un examen minucioso, le explicó el tratamiento y ordenó que se le pusiera un yeso en el pie.
Ahí empezaron los problemas, los técnicos aseguraban que el yeso se había acabado pero la doctora los encaró diciéndoles "a ver que están haciendo con el material porque a mis pacientes no les puede faltar". Poco después aparecía el desaparecido yeso.
¡Faltan médicos!
Conversando en confianza con un funcionario de gobierno, éste se quejaba de la Salud Pública y me aseguró que la escasez de médicos es consecuencia de que se han enviado miles de ellos a trabajar a otras partes del mundo.
Los ciudadanos deberían poder decidir sobre este tema pero sabiendo que traer los médicos de vuelta a casa significa, entre otras cosas, el reinicio de los apagones porque son ellos los que pagan el petróleo que viene de Venezuela y que hoy nos alumbra.
Además a mí no me dan las cuentas porque los galenos en el extranjero no pasan de 20 mil, sumando incluso a los que irán a Brasil y Ecuador. Es decir que en la isla quedan 55 mil, 1 por cada 200 habitantes, lo cual implica una de las mejores tasas del mundo.
Y sin embargo, quienes se quejan tienen razón, la Salud Pública no está funcionando bien. Si se la compara con otros países de la región las críticas pueden parecer excesivas pero no lo son cuando se mide a la Cuba presente con la Cuba que fue.
Los cubanos estaban acostumbrados a una mejor atención, más rápida y con más recursos. Además era una Salud Pública que nunca midió el valor monetario de lo que hacía, aun hoy las instituciones ni siquiera conocen el costo de sus servicios.
Durante décadas el sistema de atención se mantenía a base de gastar lo que hiciera falta y más, a veces mucho más. El problema es que ya no existe "la ayuda desinteresada de la Unión Soviética" y es necesario arreglárselas con lo que hay en casa.
Y hay más que suficientes médicos, los recursos económicos imprescindibles, equipos, instalaciones, capacidad científica y medicamentos. Falla la eficiencia, la organización, el control, los salarios, la contratación de servicios externos y el uso de los recursos.
Las glorias no son solo deportivas
Inexplicablemente los salarios del personal médico son ínfimos. A pesar de que ellos aportan más divisas que cualquier otro sector del país, les pagan menos de US$1 por una guardia de 24 horas en una sala de urgencias a la que llegan decenas de pacientes.
Mientras, el Ministerio se gasta el presupuesto en construcciones hospitalarias que recibe con salideros de agua, ventanas que no abren, quirófanos contaminados, techos que se derrumban o pierden equipos de miles de dólares por no comprar un aire acondicionado de US$300.
Para aumentar los salarios bastaría apretar las tuercas al Ministerio de Salud obligándolo a que utilice mejor los recursos, cree mecanismos burocráticos ágiles, controles efectivos, gastos racionales y exija un mínimo de calidad en los servicios que contrata.
O pedirle que controle las medicinas que importan y producen, las que venden a precios subvencionados para que luego escaseen porque se escurren de los hospitales, farmacias y laboratorios hacia el mercado negro, para beneficio de los especuladores.
Se acaba de anunciar que los deportistas podrán contratarse en otros países y quedarse con todo lo que ganen. Me parece una excelente idea porque es la única forma en que se podrán mantener los resultados deportivos que hicieron famosa a Cuba.
Pero ninguna medalla olímpica ha dado más gloria a la nación que el trabajo de sus médicos en más de 100 países, la reducción la mortalidad infantil en la isla a los mejores niveles del mundo o haber devuelto la vista a cientos de miles de latinoamericanos.
Nadie tiene tanto derecho como los trabajadores de la salud a que se reconozca su labor más allá de diplomas y discursos. Bastaría dedicar solo un 2% de las divisas que aportan los propios médicos al país para darles ingresos superiores a la canasta básica.
Dijo José Martí que "se necesita ser próspero para ser bueno" y a lo mejor tenía razón pero la sentencia no aplica a los médicos cubanos porque su bondad es infinitamente mayor a la prosperidad con que han vivido durante los últimos 20 años.
tomado de "BBC/Mundo"
"Ser prospero para ser bueno"
Fernando Ravsberg
BBC Mundo, @ravsberg
Jueves, 3 de octubre de 2013