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El amanecer era demasiado silencioso y caminé hasta la ancha avenida que resultó ser la Carretera Central. Me sorprendió la cantidad de triciclos repletos de vegetales que salían desde las afueras de la ciudad hasta llegar al Casino de Camagüey, y luego se perdían en el entramado de las calles.
En la bajada toman buena velocidad, y era complicado parar a uno, mas lo hice, y el ciclista-vendedor me contó que por las madrugadas se juntan en Los Ranchos, una finca al borde de la circunvalación, y compran los productos acabados de cosechar. La gama es amplia e incluye hortalizas, condimentos y frutas, esencialmente.
Este es un aporte novedoso en Camagüey, una capital de alrededor de 300 mil habitantes, donde hace cuatro años era difícil encontrar productos frescos, y gracias a los programas de la agricultura urbana y suburbana la demanda se cubre hoy a más del 40 por ciento. No es perfecto; nunca llegará a satisfacer todas las necesidades, pero los acopios aumentarán en la medida que tierras y recursos tengan el máximo aprovechamiento, sentenció Javier Rodríguez, especialista de la delegación provincial del MINAG.
Donde hubo marabú crecen…
Camilo Mendoza Caballero atiende sus dos fincas: una del lado de allá y otra del lado de acá de la circunvalación; en la primera tiene un vivero y cultiva hortalizas, la segunda es para frutales y viandas. “Tenía seis cordeles y pedí más tierras cuando aprobaron el Decreto Ley 259; aunque me las dieron llenas de marabú no me amilané, limpié el área y con prácticas agroecológicas ya he comenzado a recuperar parte del dinero que invertí en su acondicionamiento.
“Con la producción que entrego al Estado, logré un aval para que me asignaran una turbina para el regadío y otros insumos que van ayudando a la diversificación. La agricultura exige mucho esfuerzo, conocimientos y la aplicación de tecnologías que permitan el uso continuado del suelo, contribuyendo a su mejoramiento”.
Como Camilo, cientos de camagüeyanos han recibido tierras que estaban ociosas para cambiar el paisaje agrícola dentro y en las afueras de la ciudad; los cultivos varios y frutales, la ganadería y la cría de aves y cerdos son las actividades de mayor atracción.
Muchos de ellos han brindado su aporte a la recuperación ganadera, de la cual la provincia de Camagüey tiene su mayor expresión en el país. Con ese resultado ganaron la sede de las actividades por del Día del trabajador agropecuario, este 3 de octubre. En la Ubpc Patria Muerte, de Jimaguayú —la única que ha logrado producir 2 millones de litros de leche en un año—, será la fiesta.
Las Victoria
Un poco más alejadas de la ciudad están las Victoria, una granja y una UBPC que con igual nombre, desarrollan una competencia en aras de aumentar los rendimientos y el surtido de productos, de los cuales las viandas tienen el protagonismo.
Idael Bencosme Ramírez, director de la granja, comentó que la recuperación de la entidad se basa en la reincorporación de los trabajadores que se fueron en un momento de baja productiva, quienes ahora reciben salarios que superan los 2 mil pesos y están avalados por los resultados de las cosechas.
Para la explotación del suelo, los colectivos se organizan en fincas, con un líder que selecciona a sus obreros y atendiendo a la diversificación de cultivos emplean la tracción animal para la preparación de tierras y la cosecha.
La Ubpc ha sido favorecida últimamente con modernos sistemas de regadío y la asignación de fertilizantes y combustibles, que la pone en mejores condiciones para elevar sus producciones. La aspiración es llegar a mil 500 toneladas de alimentos, el triple de lo logrado en el 2012, explicó Agustín Gaínza, su administrador.
El impulso que representan la agricultura urbana y suburbana en Camagüey está aparejado a la recuperación de los nueve polos productivos de la provincia (cultivos varios, frutas y granos), donde se pueden multiplicar las cosechas y aumentar la satisfacción de la demanda, que hoy solo alcanza el 64 por ciento.
Edenio Puga Castellanos, delegado de la Agricultura en la provincia, enumeró como bases para este logro la explotación de las tierras entregadas en usufructo y de otras que antes pertenecían al MINAZ y cuentan con sistemas de regadío. La fuerza de trabajo está garantizada con obreros, campesinos, cooperativistas y jóvenes del Ejército Juvenil del Trabajo, estos últimos ubicados en los lugares más despoblados.
Una tarea titánica que tienen estos muchachos es la reconstrucción del organopónico gigante de la ciudad, que debe producir mil toneladas de hortalizas y condimentos cuando estén en explotación los mil 100 canteros que lo conforman, definió Puga. Lo alcanzado es acicate para cumplir nuevas metas en el empeño de alimentar a los camagüeyanos con productos obtenidos en sus tierras.
