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Recomendaciones médicas obligaron a la doctora Marcela Lombardo Otero, prominente política mexicana, a suspender un programado viaje de trabajo a Cuba. Por su condición de hija de Vicente Lombardo Toledano, muy vinculado a Lázaro Peña en la lucha por los derechos de los trabajadores, le pedimos, vía correo electrónico, sus impresiones acerca de la profunda amistad que unió a ambos líderes sindicales. De hacerlo posible se encargó su compatriota Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, gran amigo de Cuba, presidente del Partido Popular Socialista de México e investigador del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano, que ella dirige.
No sin antes agradecer a Trabajadores la invitación “a comentar algo sobre Lázaro Peña, el gran dirigente, tan querido por los trabajadores de Cuba y de toda América Latina, en especial por los mexicanos”, la doctora, a quien sus colaboradores identifican como la Maestra, dejó a un lado el cuestionario y nos confió sus recuerdos, testimonio que ofrecemos íntegramente, con algunas adecuaciones necesarias para su edición.
Lombardo y Lázaro: opiniones coincidentes
“Yo tuve el privilegio de conocer al compañero Lázaro Peña y esto fue gracias a que con frecuencia acompañaba a mi padre, Vicente Lombardo Toledano, en sus viajes. En varias ocasiones fui a Cuba, razón por la cual me relacioné con Lázaro, lo escuché en intervenciones que hacía en las reuniones, tanto de la CTC como de la Central de Trabajadores de América Latina (CTAL), en las que escuché también a los dirigentes que explicaban la situación de los trabajadores de sus países.
“En esos encuentros se examinaba la problemática de la época, que era sumamente complicada. Por lo general, en las reuniones de la CTAL, Vicente Lombardo Toledano, en su calidad de presidente de esa organización y vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, presentaba un análisis de la situación y abordaba lo referente a las tácticas más convenientes para llevar adelante de manera exitosa la lucha de clases en lo interno, así como la lucha contra el imperialismo y contra el fascismo, era su momento.
“Y al abrirse el debate, los demás compañeros daban sus opiniones, coincidentes o discrepantes, con lo que se iba formando el juicio colectivo, que finalmente se llevaría adelante. Yo escuché varias veces a Lázaro Peña intervenir con gran fuerza y enorme claridad de ideas, con una gran capacidad de análisis; sus opiniones, por otra parte, las más de las veces coincidían con las de Lombardo, lo cual no era de extrañar puesto que ambos tenían una profunda formación marxista y conocían a fondo la realidad de América Latina.
“Existía, como ustedes bien lo saben, una profunda amistad entre Lombardo Toledano y Lázaro Peña, sustentada en su coincidencia en la lucha sin tregua en defensa de los intereses de los trabajadores y los pueblos; y de la independencia y desarrollo económico de nuestras naciones.
Un hombre alegre y amable
“También puedo comentarles que traté a Lázaro no solamente en las reuniones de trabajo, sino también en las realizadas en el ámbito familiar. Me consta que era un hombre alegre y amable; muy afectuoso con mi padre y con mi madre, que por lo general estaba al lado de Lombardo, tanto en México como en el extranjero, y también me dispensó un trato cariñoso.
“Tengo claro un recuerdo emotivo: hubo un convivio, al término de los trabajos de una reunión de la CTAL que se realizó en México; había música para amenizarlo, y Lázaro Peña, caballeroso y amable, me invitó a bailar con él. Mi padre, que era un hombre muy serio, sin embargo vio con mucha simpatía esa pareja bailando, lo que corroboraba con una sonrisa”.
Seguir el ejemplo y las enseñanzas de Lombardo y Lázaro
“En otro aspecto, comentar la situación actual de los trabajadores mexicanos me es muy doloroso, porque enfrentan y sufren una crisis que los golpea de manera brutal. Un desempleo tan grande no recuerdo haberlo visto nunca antes, ni tampoco una actitud tan violentamente agresiva contra los trabajadores por parte de los sucesivos Gobiernos, de 30 años a esta parte.
“Se trata de regímenes patronales y proimperialistas que han ido sumiendo a la clase trabajadora en una espantosa miseria. Por eso es necesario educar a esta en el ejemplo y las enseñanzas de hombres como Lombardo y Lázaro Peña; que aprendan de sus luchas, abreven en sus experiencias; se organicen, luchen y se sacudan a los dirigentes nefastos que se han apoderado de las direcciones sindicales y solo sirven a los intereses patronales, y luchen también en el terreno de la política para echar fuera a los malhadados Gobiernos neoliberales.
Acerca del autor
Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.
