La arquitecta y fotógrafa María Eugenia López Rossitch inaugurará el jueves 12 de septiembre, a las cuatro de la tarde, Inventario íntimo, exposición en la que la especialista en Historia del Arte, Yoanna Toledo, aprecia “un acto de ¿Rebeldía? ¿Emancipación? Valentía ante todo”.
La galería, ubicada en el entresuelo del Palacio de Lombillo , de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana (OHCH), acogerá la muestra hasta finales de octubre e incluye 18 fotografías digitales en pequeño y mediano formato: Son imágenes de objetos que he fabricado o conservado en diferentes etapas, pero que parecen estar siempre simulando transgredir el escenario, la vidriera, el límite en el que han sido colocados, confiesa María Eugenia en el texto que acompaña la nota de prensa divulgada por la Dirección de Gestión Cultural de la OHCH.
Inventario íntimo es en sí mismo un concepto —acota la artista— que agrupa fotos de las series Inventario íntimo, Fragilidades, Trencadís, Memorias y Sagas, realizadas “sin sofisticados medios técnicos, sin apoyarme en fuentes auxiliares de luz, ni pantallas de reflejo. Son ambientes naturales, fundamentalmente interiores. Esta es una obra fotográfica de carácter intimista que desde una proyección de género intenta manifestar elementos propios de personalidad, inquietudes relacionadas con su entorno más cercano y su inserción en el contexto social”.
Pañuelos, sandalias, collares, enseres domésticos, son los detonantes de un imaginero personal que responde a un proceso de autorreconocimiento, a una especie de viaje a la semilla, dice Toledo, la curadora, en sus palabras al catálogo que acompaña la muestra, y destaca que el ojo de la artista, entrenado como arquitecta, le permitió “ver en espacios mínimos, materiales diversos y diseños múltiples, una posibilidad de readecuación formal y posibles proyectos de restauración que fraguaron en seductoras imágenes: composiciones cerradas, agresivas confrontaciones de enfoques y desenfoques, aunque la provocación mayor recae en el atrevido trabajo con el color que tanto se esquiva en el panorama fotográfico nacional”.
Y como si no bastara, López Rossitch incorporó aromas florales a algunas obras, hecho performático que, tal como reconoce la curadora, deviene en “otra de las estrategias que le garantiza el traslado hacia sus propias vivencias, las de muchas mujeres, y con garantía también la de muchos hombres, comenta la curadora. La cuestión radica en asumir este Inventario íntimo como un consciente ejercicio de autoplacer retiniano, y ¿por qué no? de otros instintos insospechados”.