No es difícil encontrar en Los Palos, municipio de Nueva Paz, a Leonardo Lobelle Mulet, más conocido como el Rey del Maní, aunque ya no tenga frente a su casa el cartel que lo distinguía como poseedor de un patio integral.
“Cuando entren al pueblo, después de los edificios, van a ver una casa rosada, ahí mismo es”, nos dijo un hombre al que preguntamos cuando estábamos cerca de ese sitio de la provincia de Mayabeque.
Lo descubrí en la ExpoANIR XX Congreso de la CTC, celebrada en Expocuba a inicios de año. Su propuesta, integrada por varios productos elaborados con maní, causó sensación entre los asistentes: manzanitas, empanadas, panecitos y turrones eran algunas de las apetitosas golosinas, que vendía a precios módicos.
Natural de la zona oriental, llegó a La Habana en 1972 para pasar el Servicio Militar Obligatorio (hoy Servicio Militar Activo). Después de contraer matrimonio regresó a Palmarito de Cauto, su pueblo natal, hasta 1977, en que retornó a Nueva Paz.
Confiesa que siempre le ha gustado inventar cosas, de ahí que desde la década de los 80 del pasado siglo empezó a experimentar con esa leguminosa y así fueron surgiendo productos, hasta llegar a la increíble cifra de 369.
Innovador nato
Una puerta trasera nos lleva hasta la terraza de la casa. Según cuenta el anfitrión, es donde siempre está la familia y ahí reciben a los amigos. El ambiente es acogedor: plantas, equipos de trabajo y hasta un estanque con peces forman parte del entorno.
Frases y pensamientos aparecen en la pared o en la mesa donde guarda algunos de sus documentos. Así puedes leer lo siguiente: “Los locos abren caminos que más tarde recorren los sabios”, o “Las personas sencillas, honestas y humanas no mienten ni mentirán jamás”…
Con esa manera de ser y de vivir, Lobelle se identifica. “Yo digo que soy loco, no estudié nada relacionado con la elaboración de alimentos y, sin embargo, mire usted, siempre tengo algo en mente”, afirma Leonardo, quien expone aprisa sus ideas, como si estas andaran más rápido que él.
En un pequeño aposento, rodeado de una amplia gama de sus creaciones, diplomas que avalan su trabajo y entrevistas publicadas en medios nacionales y provinciales, conversamos con este innovador nato.
“La musa me llegaba a las cuatro de la mañana; a esa hora me levantaba a redactar. Tengo como cuatro libretas escritas y otras que andan por ahí, con todas las fórmulas. Lo primero que hice fue la extracción del aceite, del maní blanco y del rojo, que se puede emplear en alimentos, y en la fabricación de medicamentos”, expresó.
Asegura que a partir de la fécula o grasa, puede formar harina y hacer galletas, panes, leche condensada, mantequilla, queso, vino, vinagre o sidras, dorador de piel y hasta un bloque.
“Muchos de los productos los tengo inscritos en la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial”, aclaró.
Con mirada larga
En la parte de atrás de la casa de Lobelle abundan los aparatos: una máquina para descascarar arroz remodelada; una para moler el maní, otra para extraer la grasa del cacahuate, en fin, que a cada paso hay una prueba de la riqueza del pensamiento creativo de este hombre de campo, cuya máxima aspiración es poder algún día comercializar sus productos en todo el municipio, y más allá de la provincia de Mayabeque.
Su iniciativa no ha tenido límites. Desde inicios del año 2000 Lobelle se mantuvo vinculado al movimiento de patios integrales, hasta el 2005 en que le dieron esa condición.
“En el 2008, el Grupo nacional de Agricultura Urbana y Suburbana, que preside Adolfo Rodríguez Nodals, me otorgó la categoría de Patio de Excelencia, por los resultados productivos y económicos alcanzados”, manifestó el inventor que no para de soñar. “Más que nunca hace falta el ejemplo del Rey del Maní”, escribió en la libreta de visitantes, en aquel entonces, Adolfo.
Varios son los reconocimientos que atesora Lobelle. Uno de ellos fue otorgado en el 2006 por el Pabellón de la Ciencia de Expocuba, por la creatividad, originalidad y calidad de sus productos.
En el XIV Fórum de Ciencia y Técnica a nivel de municipio recibió la condición de relevante por el aprovechamiento integral de esa planta. Igualmente, en la Feria Agropecuaria del 2001 mereció el premio de la popularidad.
Aunque desde el año 1996 es trabajador por cuenta propia, hace rato que Lobelle no produce como desea sus conocidas golosinas. “Solo cuando alguien me hace algún pedido para un cumpleaños o me solicitan para que vaya a alguna actividad. Escasean los insumos…”
Hoy su aspiración es crear una minindustria en la localidad, y lograr que en Nueva Paz todos puedan adquirir esos alimentos.
“Me acerqué a los compañeros de administración del Poder Popular y me dijeron que debía estar vinculado a una cooperativa que produzca el grano. Hablé con los compañeros de la CCS Abel Santamaría, les expliqué la idea y están de acuerdo. Pero no me han dado respuesta”, afirmó el innovador.
Grande es el ingenio de este hombre, que si se tiene en cuenta, puede ser de mucha utilidad para impulsar alguna propuesta en el desarrollo local del municipio de Nueva Paz, e incluso, aprovechar la diversidad de sus producciones para el país. Definitivamente, al Rey del Maní le hace falta una corona.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.
Una corona y sobretodo MANI para continuar el proyecto !