Fernando González Llort acaba de cumplir 50 años; los últimos 15 cumpleaños han transcurrido en el más injusto encierro de las prisiones norteamericanas. Aun así, Fernan ─como lo llama su querida madre Magali─, de seguro tuvo este domingo un día diferente: quizás pensó en el inminente regreso a la Patria y en el abrazo con su gente.
Nosotros lo recordamos desde las páginas del libro La historia que me ha tocado vivir, donde compañeros de estudio lo definen como el “tipo chévere, de sonrisa fácil y agudo en su manera de pensar”.
Alguien que los conoce muy bien a través de cartas, afirmó que “los Cinco son muy educados, pero Fernando es el más intelectual”, y un amigo de tiempos de guerra develó que es un revolucionario nato, responsable, asequible, respetuoso, abierto y compartidor.
Hoy está más próximo el día en que, junto a su familia, pueda degustar su comida predilecta, en la que no ha de faltar la yuca con mojo. Está más próximo el día en que no haga falta contar las horas para que se actualice de todo cuanto ha sucedido en estos 15 años.
A su querida esposa Rosa Aurora le satisface haber escogido a Fernando para compartir “esta vida difícil, y me enorgullece ese hombre tierno, paciente, comprensivo y profundamente sensible. Por todas esas cosas, es duro vivir sin él a mi lado, pero seguiré en la pelea, fertilizando el amor, para disfrutarlo a plenitud a su regreso”.
Cuando llegue ese día, y hasta quizás lo haya repensado en su cumpleaños, Fernando seguirá cargando el pesado fardo de la condena de Gerardo, Ramón y Tony, porque como le dijera a su madre: “mientras no se repare la injusticia cometida contra mis hermanos, poco me importan mis años en prisión”.
Para entonces, nos queda el sabor de aquella despedida en tierras angolanas, hace casi 25 años: ¡Nos vemos en La Habana!
Uffffffffffffffff, hacia muchos días que no entraba en las páginas del periódico y no había podido leeer este articulo. Me hizo recordar que la madre de Fernan me comentó que yo había reaparecido muy tarde, pues se contactó con los amigos y conocidos para hablar de él. es una pena que yo no haya podido estar allí, por que fuí su profesor y además somos grandes amigos.
Por eso cunado leo lo que dijeron sus amigos y colegas, me duele el no haber podido estar para contar todo los momentos que juntos vivmos en la escuela, las fiesta y otors tantos en un grupo de inseparables amigos der por muchos años.
Aunque atrasado FELICIDADES FERNAN
Tu profesor y AMIGO