Las pequeñas y medianas empresas (de cinco a 250 empleados) generan gran parte de los empleos en los países industrializados. Este es un hecho bien documentado. Pero aún persiste el debate sobre el papel que desempeñan en los países en desarrollo. ¿Son un motor importante de la creación de empleo también en este tipo de economías?
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GITZ) acaban de publicar un estudio que analiza el impacto de las PYME en la creación de empleo y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y los resultados son muy estimulantes.
El estudio, «Is Small Still Beautiful? Literature Review of Recent Empirical Evidence on the Contribution of SMEs to Employment Creation” (¿Lo pequeño sigue siendo hermoso? Revisión bibliográfica de los datos empíricos sobre la contribuciòn de las PYME a la creación de empleo), analiza alrededor de 50 estudios de investigación y concluye que las PYME proporcionan dos terceras partes de todos los empleos formales en los países en desarrollo de África, Asia y América Latina, y el 80 por ciento en los países en los países de bajos ingresos, sobre todo en África Subsahariana.
Aún más importante que el hecho de crear la mayoría de los empleos en las economías emergentes y de bajos ingresos, las PYME, en particular las más pequeñas y jóvenes, representan una contribución fundamental a la creación neta de empleos.
Existe la opinión generalizada de que, debido a su ciclo de vida más corto, las PYME no generan muchos empleos, pero de acuerdo con el estudio esto no es cierto: el 50 por ciento del total de la creación de empleo procede de las empresas con menos de 100 empleados.
El crecimiento del empleo no sólo proviene de las empresas ya existentes, sino también de las recién creadas, en particular de las que experimentan un rápido crecimiento durante los primeros años de actividad.
Estas nuevas empresas constituyen una parte relativamente pequeña de todas las empresas, pero se estima que representan una proporción considerable del total de la creación de empleo.
Estudios recientes muestran que efectivamente es así en los países desarrollados y las investigaciones de esta publicación llegan a una conclusión similar para las economías emergentes, donde las pequeñas empresas tienden a crecer más rápido que las grandes.
No obstante, estamos lejos de comprender por completo la manera de operar de las PYME en las economías en desarrollo y de bajos ingresos. No existen datos de algunas áreas clave como las micro-empresas y las empresas de la economía informal, así como sobre la calidad de los empleos creados en las PYME.
Es evidente que una buena política empresarial debería facilitar el crecimiento de todas las empresas – grandes, medianas y pequeñas –, pero es importante tener presente que las PYME afrontan desafíos específicos: dificultades de acceso al financiamiento, marcos reglamentarios más exigentes, y una desventaja de costo para expandirse en relación a las grandes empresas.
Son necesarias medidas específicas para las PYME, no porque sean pequeñas sino porque son un motor esencial de la economía real y el semillero de futuras grandes empresas. En resumen, como dice el refrán, lo pequeño viene en frascos pequeños, aunque esto solo seguirá siendo una realidad si nos esforzamos en respaldar estos proyectos.
En un contexto comercial en rápida transformación, las empresas más pequeñas son y serán actores esenciales para forjar la difícil realidad de los mercados laborales en el mundo.
(Por Mario Berrios y Markus Pilgrim, de la Unidad de pequeñas empresas de la OIT.)
Y porque en Cubita la bella no se vuelven a establecer? Que esperan? Oigan y pongan mucha atencion a las palabras del Presidente de Ecuador, Rafael Correa.