La noticia de que la Casa del Joven Creador, perteneciente a la Asociación de Hermanos Saíz de la provincia de Camagüey, recibió la condición de Colectivo Vanguardia Nacional, conferido por vez primera a este tipo de instalación en Cuba, la conocí hace días cuando se desarrolló la Asamblea Provincial, previa al II Congreso de la organización.
La rutina laboral me impidió conversar de inmediato con los protagonistas de esta hazaña, quienes cada día aumentan en número, pues la familia, fundada hace 15 años, crece en proyectos que legitiman las ganas de trabajar de la filial camagüeyana.
Así lo asegura Martha Abreu Rojas, directora de la casa, cuando habla de la nueva condecoración: “somos los primeros del país con esta condición y sentimos una inmensa alegría, por lo que estamos comprometidos para que la bandera siga con nosotros.
“Ahora debemos esforzarnos y trabajar más. Esto se ha logrado gracias al colectivo de trabajadores que tenemos porque sin ellos no hubiera sido posible”.
Tarea de grandes y muchos
Martha lleva alrededor de 8 años trabajando en la casa, la cual siente como suya. Ella asegura que la realización y concepción de actividades atractivas para los jóvenes, llamado que realizó, durante la Asamblea, la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Yuniasky Crespo Baquero, es una de las metas que se impusieron desde su creación.
En respuesta a esa idea, desde hace años, cada noche ofertan una programación, principalmente para los jóvenes sean o no asociados. Aunque claro, como zona libre de reguetón, dedican jornadas a la trova, al rock y proyectos, como el Café Literario, ofertan a la clientela música de “buena factura”.
A los 36 trabajadores de la entidad, aún cuando son muy jóvenes, se les puede ver inmersos hasta en tareas constructivas como las que acometen por estas fechas, para remozar las instalaciones. También cumplen con las funciones sindicales y el pago de la cuota, pero como ellos confiesan les mueve el deseo de cultivar al pueblo con su arte.
Leinier Paredes Rosales, especialista principal de “Golpe a Golpe”, otro de los programas de la casa, lleva poco tiempo en la compañía, pero bien conoce sobre los beneficios a la población camagüeyana de esta idea.
“Nuestro objetivo – asegura el joven – es llevar a las comunidades de difícil acceso el arte, la cultura y el entretenimiento. Donde nadie va, nosotros vamos. En ocasiones son comunidades complejas que tienen muchos problemas, y el objetivo de nosotros es ir e insertarnos y con el espectáculo alegrarles el día.
“Tenemos payasos, un proyecto danzario llamado Confluencias que es de bailes tradicionales y populares; dos solistas, un grupo de humor, raperos, break dance, magos, trovadores y un grupo de teatro”.
La grandeza de estos muchachos radica en que son aficionados: muchos son instructores de arte, algunos vienen de Casas de Cultura, otros son autodidactas, pero todos llegan con la idea de mostrar que también pueden hacer arte.
Cada 6 meses un grupo de jóvenes se presenta a las audiciones y si el jurado los aprueba, entran a Golpe a Golpe. Y es que como asegura Leinier, en Camagüey esa labor es reconocida y muchos quieren formar parte de este sueño porque “cuando anuncian que vamos a una comunidad la gente nos espera, saben lo que hacemos y les gusta el trabajo.
“Creo que muchas personas están contentos con la labor que hacemos. Además, es placentero llevar el arte a las comunidades y ver la emoción con que te reciben”.
Tal vez, por eso no fue nada extraño que la filial camagüeyana se convirtiera en la primera de esta isla en transformarse en Colectivo Vanguardia Nacional, ya que los muchachos que la representan viven por la idea, loca para algunos, de hacer arte de la nada y regalarla.