Joel García, enviado especial
Omaha, Nebraska.- La tercera victoria parcial de la selección nacional universitaria de Estados Unidos sobre Cuba (1-0) no solo le aseguró el éxito parcial del tope beisbolero, sino que fue una verdadera clase magistral de pitcheo entre el zurdo Brandon Finnagan y el novato del año de la 52 Serie Nacional, Norge Luis Ruiz.
Más allá de la descripción del partido – que pudiera resumirse en lechada y nulo bateo antillano-, baste decir que ningún jugador cubano pudo sobrepasar la primera base en todo el desafío, mientras el camagüeyano solo tuvo un inning complicado: el cuarto, cuando le ligaron dos hits (verdaderos palomones detrás del cuadro) a lo que le siguió un fly de sacrificio de Michael Conforto para impulsar la única carrera del choque.
Del resto se encargaron los abridores hasta la séptima entrada, específicamente Finnagan, a quien se le vio tirar por encima de los 96 y 97 millas y hasta de uno o dos envíos de 98, algo que nuestros peloteros no ven casi nunca en la serie nacional, tal y como lo reafirmaron varios de ellos al término del encuentro.
Para que se tenga una idea de la excelencia de béisbol vivida en esta ciudad, el serpentinero norteño realizó 88 lanzamientos, pero solo 26 fueron bolas, en tanto tres jugadores nuestros fueron los únicos que lograron sonarle tres cañonazos: Willian Luis , Erisbel Arruebaruena y Yunior Paumier, aunque sin serias amenazas..
En el montículo antillano, el más joven de todos los lanzadores, mostró no solo credenciales para ganar al más alto nivel, sino que en su debut con el equipo grande impuso un dominio total de la situación de juego, Norge retiró por su orden a los nueve primeros del line up,no, cinco de ellos por la vía de los strikes.
“Era mi sueño lanzarle a un equipo estadounidense como este, pero mis compañeros no pudieron batear como esperaban y por ahí se nos escapó el éxito. No obstante, estoy satisfecho con mi labor y ojalá me toque lanzar más juegos como este en el tope o en el futuro”, reconoció el bisoño jugador, admirador confeso de otro Norge, el santiaguero Norge Luis Vera.
«Me sentí muy bien y tenía todos los lanzamientos de trabajo, dijo Finnegan en una improvisada rueda de prensa, en la que manifestó sentirse el hombre más feliz del mundo en esas horas porque estaba concentrado en ganar y dejé que mi defensa de campo hiciera lo suyo. Ha sido una serie difícil, pero son los mejores de su país, por tanto parece irreal poder jugar contra ellos.»
En la historia de estos encuentros bilaterales es la tercera lechada que recibe Cuba en 60 partidos, (las anteriores fueron 1-0 en 1990 y 6-0 en 1992), pero pocos colegas y especialistas recuerdan ver un anémico promedio de 169 a la ofensiva, lo cual es una combinación de muchas variables.
Este domingo será día de descanso en el tope beisbolero para el traslado de ambos equipos hasta el estado de Carolina del Norte, sede principal de los organizadores y de este evento los próximos días. Allí se jugará en el Complex Training Nacional y el segundo en el Athletic Durham Bull , ambos a las 7:05 de la noche, hora local.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
LA HABANA — El vallista Dayron Robles arremetió duro contra las autoridades deportivas cubanas, a las que culpó de provocarle decepción y desencanto que lo motivaron a pedir la baja del equipo nacional de la isla y viajar a Europa para continuar con su carrera deportiva.
Campeón olímpico de los 110 metros con vallas en Beijing, Robles tiene 12.87 segundos como mejor registro personal, tiempo que fue récord mundial entre 2008 y septiembre de 2012 cuando el estadounidense Aries Merritt marcó 12.80.
«Pedí la baja del equipo (de) Cuba por varios desencantos a través de los años, ya lo había dicho en marzo (2012) antes de los Juegos de Londres», declaró Robles el sábado en una entrevista telefónica con la AP desde París. «Después vi que las lesiones continuaron, el desencanto creció, además me di cuenta que al final a nadie le importaba. Entonces decidí terminar mi carrera decepcionado, al pensar en todas las cosas que había hecho para el deporte cubano y sin embargo nadie me atendió ni me respetó».
El atleta de 26 años está en la capital francesa para entrenarse en el centro de alto rendimiento galo, INSEP, con el objetivo de «regresar a la elite y buscar recuperar el récord mundial, para hacerle ese regalo a mi pueblo de Cuba».
Robles explicó que pidió la baja del equipo cubano el pasado 11 de enero y, «como un ciudadano cubano normal», hizo las gestiones para viajar a Europa apoyado en las nuevas leyes migratorias de la isla vigentes desde inicio de 2013.
«Yo no traicioné a nadie», recalcó Robles con voz molesta. Agregó que después de obtener la baja del equipo nacional le dijeron «ya usted no pertenece al organismo del deporte cubano, usted puede salir para donde usted quiere, ya no tiene que pedir permiso para viajar, ya no es persona de interés del deporte cubano».
El vallista reapareció en una competencia en Torino, Italia, a inicio de junio, en la que no lució bien marcando un modesto 13.82 segundos.
Después de la sorpresiva reaparición de Robles en una competencia internacional, el presidente de la Federación Cubana de Atletismo, Alberto Juantorena, manifestó su descontento al periódico oficial Trabajadores.
«Dayron no es miembro de nuestro movimiento deportivo y por tanto no puede representar a Cuba en eventos internacionales, como tampoco aprobamos que lo haga por club alguno», señaló Juantorena.
El federativo cubano calificó entonces la decisión de Robles de competir por su cuenta como una «indisciplina grave y falta de ética» y recalcó que la Federación Cubana «mantiene abierto un proceso» contra el corredor.
No fue posible conseguir el sábado una reacción de Juantorena a las declaraciones de Robles.
El corredor obtuvo una licencia del club de Mónaco, afiliado a la Federación Francesa de Atletismo, el 25 de junio y tras varias competencias en Francia, ganó con registro de 13.18 segundos su última aparición en Sotteville.
Tras la lesión que lo obligó a abandonar en la semifinal de los Juegos Olímpicos de Londres, Robles decidió abandonar el atletismo y darle un nuevo rumbo a su vida profesional, pero poco a poco el «bichito de la vallas» volvió. En diciembre pasado, comenzó a correr e ir al gimnasio, le tomó el gusto y en abril, motivado por su entrenador Santiago Antúnez, volvió a los entrenamientos de vallas.
«La gente por la calle me decía que estaba muy joven para retirarme, pero el incentivo decisivo fue cuando Merritt dijo que quería volver a verme correr», recordó Robles.
El vallista aspira ante todo a «reconocerme yo, como Dayron». Explicó que la marca de 13.18 segundos no lo satisface, pero es una señal de que «voy bien, todavía no me he reconocido, pero quiero seguir trabajando, demostrar que puedo seguir en la elite, trabajar a pecho, buscar de nuevo el récord mundial y hacerle ese regalo al pueblo de Cuba y a mi familia, que siempre me apoyaron».
Robles se mostró satisfecho de su estancia en Francia y señaló, «a mí nadie me compró. Mónaco me dio la oportunidad, me están dando una atención descomunal, estoy entrenando en un centro que es uno de los mejores del mundo, mi único objetivo es correr».
Además, indicó que en París sigue dándose tratamiento médico para «ver bien las causas de las lesiones y molestias que me golpearon tanto desde hace tres años, limpiar todo y recuperarme para seguir adelante».
Robles recordó el diagnóstico de la lesión sufrida en los Juegos de Londres «una ruptura (muscular) de grado dos, el propio doctor Antonio Castro (hijo de Fidel Castro) me atendió y lo dijo. Después me ofrecieron darme un tratamiento en España, pero los directivos de la delegación me mandaron para Cuba».
«Yo siempre he dado todo para defender a mi país y a mi bandera como debe ser» concluyó.