El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, destacó la importancia que tiene para el desarrollo de Cuba un programa bien elaborado como el de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido, durante la última sesión del primer período ordinario de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Raúl señaló que es vital prestar atención a la teoría y analizar todos estos temas junto al pueblo, y lo que no se entienda volver a explicarlo
“En el futuro las líneas fundamentales de desarrollo de la nación tendrán que ser discutidas por el pueblo como se hizo con el proyecto de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, analizadas en el Congreso del Partido y también por los diputados a la Asamblea Nacional, y lo que se apruebe chequearlo dos veces al año, como lo estamos haciendo”, aseguró.
Raúl sugirió que los diputados cursen el Diplomado de la Escuela Superior de Cuadros del Estado y el Gobierno para que tengan una mayor preparación en los complejos temas de la economía y sobre los profundos cambios que se realizan en el país.
Enfatizó, además, que Cuba tiene que diversificar sus producciones y vivir de sus propios recursos.
Raúl llama a sumrarse a la batalla contra las indisciplinas sociales
El presidente Raúl Castro llamó al pueblo cubano a sumarse a la batalla contra las indisciplinas sociales que, dijo, se han arraigado en la sociedad y ocasionado daños morales y materiales. El presidente de los Consejos de Estado y de Ministros indicó que la actualización del modelo socio-económico en Cuba demanda de un clima permanente de orden, disciplina y exigencia.
Al clausurar la primera sesión de la octava legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Raúl Castro dijo que el primer paso es reconocer la existencia del problema y hurgar en las causas y condiciones que lo han propiciado.
Hemos visto a lo largo de más de 20 años del período especial el acrecentado deterioro de valores morales y civicos como la honestidad, la decencia, la verguenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás, reconoció.
Informó que con el concurso del Partido y organismos del gobierno se efectuó un levantamiento que arrojó 191 manifestaciones de este tipo, separadas en indisciplina social, las ilegalidades, las contravenciones y los delitos recogidos en el Código Penal.
Apuntó también que una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado.
Mencionó un conjunto de ilegalidades y conductas que resultan violatorias de la ley y de las normas de convivencia.
La propagación de construcciones ilegales, la comercilizacion ilicita de bienes y servicios, el hurto y sacrificio ilegal de ganado, la tala de recursos forestales, el acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores se cuentan entre esas manifestaciones a combatir.
También la participacion en juegos al margen de la ley, las violaciones de precios, la aceptacion de sobornos y prebendas, el asedio al turismo y la infraccion en materia de seguridad informatica.
Instó a enfrentar lo que calificó de “conductas propias de la marginalidad” como el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería, que se han incorporado en no pocos ciudadanos a despecho de su nivel cultural y edad.
Se tolera como algo natural botar deshechos en la via, marcar y afear paredes y fachadas, beber en lugares inapropiados, conducir en estado de embriaguez, indicó para luego referir otras manifestaciones de vandalismo público e irrespeto al derecho de los vecinos.
Resultó enfático en la importancia de la familia y la escuela en la formación de valores morales y calificó de incompatibles manifestaciones de indisciplina que tienen lugar en diversos niveles de enseñanza.
El jefe de Estado expresó que vivir en sociedad implica asumir normas que respeten el derecho ajeno y la decencia. “Nada de esto entra en contradicción con la tipica alegría de los cubanos que debemos preservar y desarrollar”, remarcó.
La pérdida de valores éticos y el irrespeto a las buenas costumbres puede revertirse mediante la acción concertada de todos los actores sociales sin exclusión, afirmó.
Auguró que será un proceso complejo que tomará bastante tiempo. Se ha abusado de la nobleza de la Revolución por no acudir a la fuerza de la ley, privilegiando el convencimiento y el trabajo político que -dijo- no siempre ha resultado suficiente.
Indicó que los órganos estatales y el gobierno, entre ellos la policía, la contraloría, la fiscalía y los tribunales deben contribuir a este empeño, dando ejemplo de apego estricto a la ley.
Instó a los colectivos obreros y campesinos, los estudiantes, jóvenes, maestros y profesores, nuestros intelectuales, artistas, periodistas, entidades religiosas, las autoridades, todos los cubanos dignos que constituyen la mayoría, hagan suyo el deber de cumplir y hacer cumplir lo que está establecido.
Nada es más ajeno a un revolucionario que la resignacion o la rendición ante las dificultades. Lo que nos corresponde es levantar el ánimo y el espiritu de combate para revertir la situación creada, exhortó el líder cubano.
Opinó que el denominador común de todo este fenómeno ha sido y es la falta de exigencia de los encargados de hacer cumplir lo establecido, el irrespeto por las entidades estatales de la institucionalidad vigente, lo cual menoscaba su capacidad y autoridad para exigir a la población que se atenga a las normas.
Los dirigentes deben abandonar la pasividad e inercia, dejar de mirar al otro lado para evadir enfrentar los problemas. Hay que asumir como propia una mentalidad de orden, disciplina y conciencia, insistió.
Aseguró que la Revolución cubana tiene fuerza más que suficiente para alcanzar el éxito en este nueva batalla que, argumentó, será ganada con la incorporación y el apoyo del pueblo.
(Con información de la AIN y Cubasí)