“La elecciones fueron un poco complicadas, éramos dos hombres y dos mujeres y nosotras nos impusimos y fuimos a segunda vuelta. Pero yo nunca pensé que saldría porque la otra candidata era una líder natural, es de las personas que siempre está buscando algo que hacer”.
Así recuerda Yudani Pérez Mesildo, joven oficial del MININT, aquellos días estresantes previos a su elección como delegada de la Circunscripción 134 del Consejo Popular Centro, del municipio Camagüey.
“Desde los 14 años −explica la también trabajadora de la Unidad provincial Cerámica en el departamento de estudios de los cadetes insertados− siempre estuve vinculada con el CDR: recogía materias primas y hacía actividades con la gente de mi edad. Pero desde que estuve en la boleta supe que si salía iba a ser complejo porque mi trabajo no es fácil y no tengo mucho tiempo para estar en la casa.”
Yudani no es nueva en la cuadra; allí vive hace alrededor de 26 años, por lo que los problemas no le son ajenos, ya que ella también siente el bamboleo de las entidades que atienden sus quejas, le duele cada bache y construccción que no se pueda reparar, pero sabe que su misión ahora es ayudar y guiar.
“Mi circunscripción es difícil –explica la joven– pues es muy grande y la mayoría de las personas tienen un nivel cultural bajo, por lo que hacerles comprender que las cosas han cambiado a veces dificulta la tarea.
“Para el proceso de rendición de cuentas tuve que prepararme mucho, me apoyé en los otros delegados que son de experiencia a los cuales a veces llamaba por teléfono cuando tenía dudas y en los miembros de la Asamblea Municipal y de la dirección del consejo popular.”
Sobre su circunscripción comenta que tiene muchos problemas: “Por ejemplo hace seis años hay una obstrucción en una calle, pero viales y comunales le han dado de largas a la situación, hasta abrieron un hueco y nada de solución. Por otro lado tenemos 27 cuarterías y dos de ellas en peligro de derrumbe y entonces las tres que se reparan no son las de más malas condiciones.”
Estas fueron algunas de las situaciones a las cuales Yudani tuvo que enfrentarse y supo revertir gracias a la autopreparación y el conocimiento de los lineamientos que hoy contribuyen con el avance económico del país, asegura. Pero como ella acota: “ahora llegué yo, que convivo con el problema y al no solucionarlo eso te deprime porque cuando uno sale seleccionado delegado cree que lo va a solucionar todo.”
Pero a pesar de las desesperanzas, Yudani confía en su juventud, en la preparación que tuvo como socióloga, pues le sirve como herramienta para el diálogo y explica: “aunque es difícil hacer entender a la gente, no es muy complicado.”
Ser delegada para Yudani ha significado una forma de superación, porque ahora “para irrumpir en la casa de los electores tengo que ganarme la confianza de la gente para que me vean no como la muchachita que creció en el barrio, sino como la delegada, me respeten por eso y confíen en mi.”