“Aunque no lo parezca, vivimos en un mundo de abundancia relativa, en el que la producción de alimentos supera con creces la demanda; Sin embargo, 870 millones de personas sufren de desnutrición y el retraso en el crecimiento infantil es una pandemia silenciosa”, advirtió Bárbara Pesce, Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba durante el acto nacional por el día del Medio Ambiente celebrado hace unas horas en Sancti Spíritus.
La jornada devino reconocimiento a los resultados ecológicos palpables en el territorio en correspondencia con el aumento de su capacidad boscosa en un 18.4 por ciento, la creación de polígonos demostrativos para el manejo de los suelos, desarrollo de programas para rehabilitar las costas, acciones destinadas a salvaguardar ecosistemas vulnerables y la reducción de sustancias contaminantes de la atmósfera.
Cuando llegamos al punto en el que la existencia de la humanidad pende de un hilo, el gobierno cubano enfoca su voluntad política en pos del progreso sostenible como oportunidad única de supervivencia de una especie que ha llevado al mundo a límites impensables, para bien y para mal.
“Todos tenemos responsabilidad en el cuidado de nuestro entorno, es hora de aplicar soluciones en coherencia con los problemas ambientales de cada territorio”, afirmó Elba Rosa Pérez, titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). La funcionaria resaltó además, las labores realizadas en la Isla en cuanto a la cloración del agua, el aprovechamiento de los aceites residuales y las medidas de ahorro aplicadas en todos los ámbitos posibles.
Sin dudas, Sancti Spíritus, como Cuba, continúa en la avanzada de una lucha que se recrudece ante la vorágine contaminante perceptible en el entorno global; aglutinar fuerzas para triunfar en este empeño significa preservar los intereses vitales de seres con inteligencia indudable, pero con capacidades suficientes para llevarse a sí mismos a la autodestrucción.