Mientras que la economía mundial continúa su lenta recuperación de la crisis financiera, la mayoría de los países emergentes y en desarrollo está experimentando un incremento del empleo y una disminución de las desigualdades de los ingresos, en contraste con los países de altos ingresos.
Sin embargo, la diferencia entre ricos y pobres en la mayoría de los países de ingresos medios sigue siendo grande. Muchas familias que lograron situarse por encima de la línea de la pobreza corren el riesgo de volver a caer.
Por el contrario, las desigualdades de los ingresos han aumentado en las economías avanzadas durante los dos últimos años, en un contexto de incremento del desempleo mundial, que se prevé que aumentará desde los actuales 200 millones a cerca de 208 millones para 2015.
En la tabla Desempleados por región, 2007, 2012, 2013 y 2015 (million) se muestran las cifras mencionadas. Fuente: Trends Econometric Models, OIT, abril 2013.
Según el Informe sobre el «Trabajo en el Mundo 2013: Reparando el tejido económico y social” (en inglés), entre 2010 y 2011 las desigualdades de los ingresos aumentaron en 14 de las 26 economías avanzadas examinadas, incluyendo Francia, Dinamarca, España y Estados Unidos. Los niveles de desigualdad en siete de los restantes 12 países eran aún más altos que antes del inicio de la crisis.
Las desigualdades económicas también están aumentando, a medida que las pequeñas empresas quedan rezagadas con respecto a las más grandes, en términos de ganancias e inversiones productivas. Mientras que muchas grandes empresas han recuperado el acceso a los mercados de capital, las empresas recién creadas y las pequeñas empresas están afectadas de manera desproporcionada por las condiciones del crédito bancario. Esto constituye un problema par la recuperación del empleo en la actualidad y afecta las perspectivas económicas a largo plazo.
“Estos datos presentan una evolución positiva en muchas partes del mundo en desarrollo, pero describen un panorama inquietante en muchos países de altos ingresos, a pesar de la recuperación económica. La situación en algunos países europeos en particular está comenzando a rasgar el tejido económico y social. Necesitamos una recuperación mundial centrada en el empleo y en las inversiones productivas, junto a una mejor protección social para los grupos más pobres y vulnerables. Y es necesario prestar mucha atención a la reducción las desigualdades que están aumentando en demasiadas partes del mundo”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.
Un grupo de ingresos medios cada vez más pequeño El informe muestra que los grupos de ingresos medios en muchas economías avanzadas se están reduciendo, una situación incentivada, en parte, por el desempleo por largo tiempo, el debilitamiento de la calidad del empleo y el abandono del mercado laboral por parte de los trabajadores.
Por el contrario, el informe demuestra que en muchos de estos países la remuneración de los directores ejecutivos aumentó de forma vertiginosa una vez más, tras una breve pausa en el período inmediatamente posterior a la crisis mundial.
“La contracción del tamaño de los grupos de ingresos medios en las economías avanzadas es motivo de preocupación, no sólo para la capacidad de inclusión de estas sociedades, sino también por razones económicas. Las decisiones de las inversiones a largo plazo de las empresas dependen también de la proximidad de un grupo numeroso y estable de ingresos medios que esté en condición de consumir”, explicó Raymond Torres, Director del Instituto Internacional de Estudios Laborales, el centro de investigación de la OIT.
En España, el tamaño del grupo de ingresos medios disminuyó desde 50 por ciento en 2007 a 46 por ciento para finales de 2010. En estados Unidos, el siete por ciento más rico de la población vio aumentar su patrimonio neto promedio durante los primeros dos años de la recuperación, desde 56 por ciento en 2009 hasta 63 por ciento en 2011.
El restante 93 por ciento de los estadounidenses constató la disminución de su patrimonio neto.
“Son necesarios más y mejores trabajos de manera que pueda haber una mejor distribución de los ingresos, tanto en las economías en desarrollo como en las avanzadas”, señaló Torres.
Un grupo fluctuante vulnerable
El tamaño del grupo de ingresos medios en las economías en desarrollo y emergentes ha aumentado de 263 millones en 199 a 684 millones en 2010. Este es un importante logro de un número creciente de países de América Latina y Asia, que se ha extendido recientemente hacia algunos países de África y la región árabe.
Sin embargo, un grupo denominado “fluctuante” y vulnerable – aquellos justo por encima del nivel de la pobreza – aumentó de 1.117 millones en 1999 a 1.925 millones en 2010, la mayor parte en las economías de bajos y medios ingresos. Este grupo vulnerable es casi tres veces más grande que el grupo de medios ingresos.
“En los países en desarrollo, el desafío más importante es consolidar los progresos recientes en la reducción de la pobreza y las desigualdades”, afirmó Torres. El informe muestra cómo las inversiones productivas, el salario mínimo y la protección social han contribuido con este esfuerzo en países como Brasil, Costa Rica, India, Indonesia, Turquía y Vietnam.
Principales recomendaciones
Un enfoque que mantenga un equilibrio entre los objetivos macroeconómicos y del empleo es necesario. Esto significa – una progresión sostenible de las medidas de consolidación fiscal, donde son necesarias;
– mayor atención en el impacto social y sobre el empleo de las diversas medidas macroeconómicas;
– actuar con rapidez para resolver las ineficiencias del sistema financiero.
El informe muestra más de 30 ejemplos de políticas en materia de mercado laboral, inversiones productivas y protección social bien concebidas, que pueden servir tanto a los objetivos sociales como económicos.
Es importante abordar los obstáculos para llevar el empleo a los primeros puestos de la agenda de reforma, en especial: las convicciones arraigadas sobre el impacto negativo de las intervenciones del gobierno en la competitividad y el crecimiento económico; la percepción de que hacer frente a los problemas distributivos y mejorar los derechos de los trabajadores puede ralentizar las inversiones productivas y la creación de empleo; y una coordinación internacional insuficiente, que es especialmente importante en ámbitos como la tasación y en períodos de debilidad de la demanda agregada mundial.
La OIT puede proporcionar asesoría competente sobre políticas favorables al empleo y contribuir con una mejor coordinación internacional. Además, la movilización y el fortalecimiento del diálogo social en los países puede contribuir con la creación de grupos que apoyen el cambio hacia enfoques más favorables al empleo.
Tomado de OIT Noticias