El acopio de granos planificado para la sustitución de importaciones este año en el municipio de Jesús Menéndez no honrará los estimados, pues lluvias inesperadas por su intensidad —hubo zonas que reportaron hasta 250 milímetros en los días finales de enero— empaparon los campos en un momento crucial del desarrollo vegetativo de esas variedades y muy poco pudieron hacer los trabajadores para paliar los nocivos efectos.
En estas productivas tierras se habían sembrado 230 hectáreas de frijoles colorado y negro, a las cuales los especialistas les vaticinaban rendimientos que permitirían la recolección total de 241 toneladas, pero las inclemencias del tiempo malograron los sueños y solo pudieron acopiar 140.
Situación similar sufrieron 287 hectáreas de las 400 plantadas de garbanzo, en las cuales, según cálculos preliminares de las 320 toneladas por hectáreas en plan, el real no sobrepasará las 90.
Roberto Pérez Hernández, director general de la Empresa Agropecuaria Jesús Menéndez, aseguró que con el objetivo de compensar esas pérdidas tienen entre los planes inmediatos atender 450 hectáreas de frijol caupí y otras 135 de maíz en el período de primavera.
Aunque este territorio fue el más afectado, en toda la geografía provincial, los temporales dejaron como secuelas pérdidas estimadas hasta un 60 %, fundamentalmente en el garbanzo, un cultivo cuya socialización recibe un impulso significativo en estos lares, motivado por la tradicional aceptación popular del grano como plato típico en la mesa de los cubanos.
La siembra emergente del frijol caupí es una respuesta a las demandas del consumo social y a las exigencias de aumentar la presencia del grano en los mercados agropecuarios estatales y es interpretada como una posición coherente del campesinado local frente a las afectaciones ocasionadas por las lluvias.