El próximo 29 de mayo el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI) recomendará a uno de los ocho deportes que pugnan por entrar al programa de los Juegos del 2020 para su aprobación definitiva en la 125 Sesión de la Asamblea del COI en Buenos Aires, en septiembre de este propio año.
Las mayores opciones parecen centrarse en la propuesta béisbol-sófbol y en la lucha, dado el amplio trabajo previo de marketing, la historia que atesoran y el número de practicantes, aunque también se escucharán los argumentos del squash, escalada, karate, wushu, wakeboard y patinaje, disciplinas de menos impacto mundial.
En un congreso histórico celebrado en Tokio el pasado 14 de abril, la Federación Internacional de Béisbol (IBAF) y la Federación Internacional de Sófbol (ISF), crearon una nueva entidad en pos de unificar una sola proposición: la Confederación Mundial de Béisbol y Sófbol (WBSC).
La fuerza de esta unidad se basa en los 65 millones de jugadores que agrupan ambos deportes, el apoyo de las principales figuras y ligas profesionales del mundo, la tendencia mundial de fomentar en la mujer la práctica deportiva (sófbol), el amplio impacto de los Clásicos Mundiales (béisbol), así como la intensa campaña publicitaria en redes sociales y la asimilación mayor en continentes como Europa.
Quizás los mayores obstáculos para su reingreso hoy sigan siendo la complejidad de las reglas en ambas disciplinas, la extensión de los partidos y el poco compromiso de las Grandes Ligas estadounidenses a permitir que sus peloteros asistan a la lid olímpica, aunque la reciente exclusión de la lucha de los 25 deportes clave también pone en aprietos la posición de algunos países, incluida Cuba, pues se trata de nuestro deporte nacional frente a la única especialidad que nos ha tributado un campeón olímpico en todos los Juegos desde Barcelona 1992 hasta Londres 2012.
Los únicos y verdaderos cambios…
La Federación Internacional de Lucha (FILA) celebrará el próximo 18 de mayo, en Moscú, un congreso extraordinario con el fin de acordar los cambios necesarios para mantenerse en el programa olímpico.
Entre los temas a discutir se incluyen cuestiones de reglas y el papel de la mujer y los deportistas en el liderazgo internacional de la entidad. Otro asunto principal será la definición de los estilos no olímpicos asociados a la FILA, el punto más controversial de todos.
El pasado 12 de febrero el Comité Ejecutivo del COI excluyó a la lucha del programa de los juegos del 2020, sin expresar públicamente las razones. Inmediatamente la FILA catalogó de aberrante tal decisión y convocó a una reunión que finalizó con el reemplazo de su presidente, el suizo Raphael Martinetti, por el serbio Nenad Lalovic.
En lo adelante, el discurso se suavizó sobremanera, con expresiones de “somos conscientes de las recomendaciones”; “es responsabilidad nuestra resolver los problemas”; “escuchamos las preocupaciones del COI y estamos aprendiendo de sus orientaciones”, etcétera.
Más recientemente, Lalovic ha dicho que “estábamos dormidos y no seguimos el camino de la modernización y el desarrollo. Estamos orgullosos de nuestro pasado, pero miramos al futuro y seremos lo suficientemente fuertes para cambiar”. Tal aseveración conecta, curiosamente, con la valoración de Tomas Bach, vicetitular del COI y aspirante de fuerza a la presidencia en las elecciones de septiembre: “Estoy contento con la reacción de la FILA: elaborar un plan para actuar. Hay que hallar el equilibrio adecuado entre tradición y progreso”, expresión esta última cargada de suspicacia.
Las principales críticas a la lucha, en el concierto olímpico, se han dirigido hacia el estilo grecorromano desde la edición de Sídney 2000. La falta de espectacularidad e interés televisivo lo han mantenido en jaque, pese a sucesivas modificaciones de reglas que nunca ofrecieron los dividendos esperados. Por tal razón, cabe suponer que los únicos y verdaderos cambios capaces de devolver la lucha al Olimpo son: excluir a los grequistas de las citas cuatrienales o disminuir su cifra de divisiones, ya veremos…
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.