Notables elogios del público ha recibido la exposición titulada Ver trabajadores repone… —frase tomada de la rica prosa martiana—, abierta en dos salones recién inaugurados en el Museo Nacional de los Trabajadores —Palacio de Torcedores—, en la capital, como parte del programa de celebración de la CTC por el Primero de Mayo, festejo que incluyó además, entre otros sucesos, la inauguración de una muestra de dibujos del maestro de la plástica Tomás Lara Franquis, en el Pabellón 9 de Expocuba.
Buena parte del éxito de esas exposiciones se debe a la ya acostumbrada contribución —con su exquisito quehacer y esfuerzo voluntarioso en el enmarcado de las fotografías y pinturas— al movimiento obrero de otros artífices: los diestros muchachos de la Unidad Empresarial de Base Arte Real I, ubicada en 42, entre 3ra. y 5ta. Miramar, Playa.
Pero también otros eventos de gran connotación cultural y social, como las bienales de La Habana, las ferias internacionales de artesanía popular, los salones de artes plásticas, y las exposiciones de diferentes creadores, poseen, en el enmarcado de las obras expuestas, el sello distintivo de Arte Real I.
Se trata de un colectivo que desde hace varios años dirige un emprendedor y noble joven: Erik Varela Ravelo, quien impulsa entre los técnicos y especialistas del centro la condición del desempeño en grupo, para garantizar la excelencia de esta labor que requiere de vocación y dominio de la técnica.
Adscripto a la Unión de Industrias Locales (UNIL), del Poder Popular provincial, Arte Real I ha sido reconocido por sus iniciativas para continuar las producciones —sin necesidad de acometer importaciones—, ante la carencia de las molduras, gestión que les ha permitido, durante los últimos años, cumplir sus encargos mediante la fabricación de tan imprescindible recurso, cuya calidad les ha posibilitado sostener la excelencia impuesta allí.
“En mi criterio, no hay otro lugar en La Habana con precios tan asequibles. Siempre vengo aquí, donde, además, existe un trato afable y buen gusto en las sugerencias del diseño de las molduras, lo que los hace diferentes en esta labor que tiene tanto que ver con la espiritualidad humana. En Arte Real I, si no puedes pagar una oferta, te dan la posibilidad de disponer de otras más económicas. Por eso muchas personas prefieren este taller”, afirmó María Julia Garzón de Armas, jubilada del sector de la educación.
Mayelín Álvarez, especialista en gestión comercial, es la “dulce cara del taller”. Foto: Del autorY no solo el público, sino buena parte de los creadores —entre ellos maestros de la plástica— en las provincias de La Habana, Artemisa, Mayabeque y Pinar del Río, además del municipio de Isla de la Juventud, escogen a esta unidad para enmarcar sus obras, por lo que la demanda de trabajo, la mayoría de los días, es agobiante y el colectivo tiene que extender su jornada hasta entrada la noche, incluyendo casi todos los sábados y algún que otro domingo.
“Nunca permitiremos que se afecte la apertura de una exposición porque falte un cuadro por enmarcar, como tampoco incumpliremos nuestros compromisos con la población que acude a este centro para hacer disímiles solicitudes, desde el montaje y encuadre de un documento, una fotografía o una pintura, hasta prendas de vestir, platos y otros objetos que forman parte del acervo y de la historia individual”, subrayó Erick.