La 60 edición de la Serie del Caribe sigue generando comentarios entre los aficionados. Y es lógico, bueno y saludable que así sea, al margen de que una vez más debemos partir de que un resultado en torneos o juegos de béisbol no implica desangrarnos entre nosotros ni justificar los errores. El término medio, cuando se trata de la pelota cubana, es bien difícil porque se trata de poder y querer, y de muchas variables que a veces tienden a olvidarse. Continuar leyendo