Arrinconado entre el bullicio de un estadio endemoniado como una tormenta, la noche no parece tener solución. Nadie se atreve y en la oscuridad solo se alcanza a ver el reflejo del brillo de sus ojos. Un relámpago de luz, de reafirmación para con aquellos que aún dudaban de la letalidad de sus garras Continuar leyendo