No se puede hablar de Fidel sin pensar en los jóvenes, sin verlo diariamente en cada uno, en todos los que batallan, construyen, se levantan todos los días con el optimismo perenne de los revolucionarios, los que transforman, renuevan, se entregan, tropiezan pero no creen en obstáculos y convierten en sonrisas las más disimiles vicisitudes, porque defienden lo que creen y aman Continuar leyendo