“¡El tabaco es mi vida!” No lo dice, lo exclama, Lidia Jorge Brito y su afirmación nada tiene que ver con la adicción a ese malo y perjudicial hábito, sino con una profesión a la que le ha dedicado unos 45 años de su existencia. No llegó a los talleres de la fábrica Vidal Navas… Continuar leyendo