El sueño y el cansancio no faltan, pero las ansias de regresar a la Patria y abrazar a la familia apenas dan tiempo para el descanso. A las tres de la mañana el “de pie” es unánime. Una hora después aún está oscuro. Kahuta duerme mientras la caravana de pequeños autobuses va dejando un rastro de esperanza Continuar leyendo